Internet puso de moda una planta cuyo uso se remonta a casi 3000 años de antigüedad. La raíz, que según las creencias de la medicina tradicional india, dotaba a quienes la consumían de poderes similares a los de un caballo, ahora es recomendada en TikToks y videos de Youtube. Se trata del ginseng indio también conocido como cereza de invierno india, ashwagandha o la hierba Vitania sluggard.
En el pasado fue utilizada ampliamente por la ayurveda, un sistema de medicina tradicional de la India, que, si bien tenía el objetivo de limpiar el cuerpo y equilibrar la mente, llegaba a utilizar productos con niveles peligrosos de metales (como plomo y mercurio) así como plantas no reguladas con potenciales efectos secundarios.
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Ahora, a miles de años de distancia y con al menos el 4% de la población mundial padeciendo un trastorno de ansiedad, la ashwagandha ha comenzado a ser recomendada como una remedio para reducir el estrés.
¿Qué dicen los estudios respecto a la ashwagandha y el estrés?
"Ashwagandha" es un término sánscrito que significa "olor de caballo", en referencia tanto a su característico aroma como a la fuerza y vitalidad que se cree que aporta a quienes la consumen.
Se le consideraba como rasayana, es decir, un tipo de remedio que ayuda a mantener el cuerpo joven, fortalecer la mente y aumentar la felicidad. Estas preparaciones se daban a los niños y adultos mayores, por lo general, en forma de churna, un polvo fino que se puede mezclar con agua, miel o ghee (mantequilla clarificada).
Dada su popularidad, diversas investigaciones han comenzando a estudiar los beneficios que se le han atribuido, así como las implicaciones de su uso.
Algunos estudios han encontrado que su consumo puede ayudar a reducir la ansiedad y la tensión, de ahí que se le catalogue como un ‘adaptógeno’.

En 2003 un equipo de investigadores probó el extracto de esta planta en ratas sometidas a estrés crónico. Los roedores experimentaban problemas como niveles altos de azúcar en sangre, úlceras, disfunción sexual, problemas de memoria e inmunosupresión. Sin embargo, cuando recibieron los extractos antes de estar expuestos al estrés, mostraron una mejora significativa.
En otro experimento, se evaluó el papel de un componente químico de la planta. Este extracto ayudó a reducir el estrés en ratas al aumentar su resistencia física y disminuir el peso de sus glándulas suprarrenales, que suelen agrandarse con el estrés.
Los efectos también han sido analizados en humanos: en 2009 el extracto de raíz de ashwagandha se probó en adultos sanos. Durante ocho semanas, 60 participantes con niveles elevados de estrés fueron divididos en tres grupos: unos recibieron 125 mg de ginseng indio dos veces al día, otros 300 mg, y el tercer grupo tomó un placebo.
El estrés se midió al inicio, a la mitad y al final del estudio. Los resultados se complementaron con la evaluación de los niveles de ansiedad, cortisol y la calidad del sueño.
Del total, sólo 58 participantes completaron el estudio. Quienes tomaron ashwagandha mostraron una reducción significativa del estrés, especialmente aquellos que tomaron 600 mg al día. El cortisol no sólo disminuyó, también hubo una mejora significativa en la calidad del sueño, de acuerdo con los autores.
Una investigación de 2021 utilizó extracto de ashwagandha para apoyar a pacientes con trastorno de ansiedad generalizada que ya llevaban un tratamiento con antidepresivos. Los especialistas notaron que el extracto de la planta ayudó a mejorar el proceso y reducir la ansiedad.
Su aplicación también se extendió a algunos casos de personas con esquizofrenia y depresión, quienes respondieron de forma positiva al tratamiento. Se cree que los resultados están relacionados con la capacidad de la planta para regular el sistema de respuesta al estrés del cuerpo, reducir la inflamación y mejorar el equilibrio hormonal.
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Asimismo algunos estudios han detectado un componente activo llamado DF (doconasyl ferulate), que brinda resultados ansiolíticos similares al diazepam, pero sin los efectos secundarios sobre la función cognitiva y motora.
Los otros beneficios y el debate sobre si su uso es seguro
Puede que la fama de la planta hasta ahora esté justificada. Además de su papel en el bienestar mental, otras investigaciones han encontrado diversos beneficios físicos.
Un artículo publicado en el American Journal of Men's Health analizó los efectos de la ashwagandha en hombres con sobrepeso de entre 40 y 70 años. Se evaluó el impacto en hormonas, estrés y bienestar durante 8 semanas. Los autores notaron un incremento del 15% en testosterona y 18% en DHEA-S, hormonas relacionadas con la vitalidad y el bienestar.
Otro estudio analizó las propiedades de la planta como posible tratamiento para la diabetes mellitus (DM). Se revisaron 6 estudios in vitro, 13 preclínicos y 5 clínicos, evaluando su impacto en glucosa, insulina, entre otros indicadores.
El tratamiento con ashwagandha parece haber ayudado a disminuir significativamente los niveles de azúcar en la sangre y mejorar los niveles de la insulina, sin comprometer la salud de los pacientes.
Sin embargo, al día de hoy, los especialistas aún no pueden explicar del todo el mecanismo exacto con el que la planta opera en el cuerpo. Además, más de un artículo coincide en que los datos clínicos aún no son lo suficientemente sólidos para recomendar su uso como tratamiento oficial, de ahí que su recomendación aún no sea generalizada.
Además, se ha alertado por las posibles implicaciones de su consumo, especialmente tomando en cuenta que el uso tradicional es muy diferente al de hoy día: mercados naturistas ofrecen los beneficios de la planta en cápsulas o suplementos que pocas veces se encuentran regulados, por lo que las personas no siempre cuentan con la certeza de lo que están llevando a su cuerpo.
Apenas en 2023, Dinamarca prohibió el uso de la planta, mientras que Suecia y Finlandia están considerando seguir su ejemplo. Aunque la decisión fue objeto de debate para investigadores de la Universidad de Misisipi, Estados Unidos y de la Universidad McGill, Canadá, debido a que no existen suficientes datos en contra de su uso, lo cierto es que aún no hay certeza de en qué momento una dosis deja de ser segura.
La capacidad de esta hierba para aumentar los niveles de testosterona podría ser contraproducente para los hombres con problemas de próstata. Además, tampoco es recomendable que las mujeres embarazadas o en lactancia ya que en la antigüedad, está planta era utilizada como abortivo. Además, sus efectos podrían cruzarse con los de algún medicamento. De ahí que, los especialistas recomienden consultar a un médico antes de hacer uso de este producto.
LHM