Ante la suma de distintos factores, entre ellos el incremento en el peso, temas ambientales, entre otros, en los últimos años se ha observado que la edad de inicio de la menstruación en las niñas en el Estado de México ha ido a la baja, comenzando incluso desde tercero de primaria, por lo que especialistas llaman a acercarles la información necesaria.
En entrevista con MILENIO Estado de México, el ginecólogo y obstetra José Anaya Herrera explicó que en consulta se ha notado una disminución en la edad de inicio en el periodo menstrual, el cual ya se da incluso desde los primeros años de primaria, refirió que anteriormente este hecho se registraba entre los 11 y 14 años y actualmente hay niñas que desde los 9 años de edad inician con este proceso; pero de manera general se da entre los 10 y los 12 años de edad.
“Algunas de las pequeñas, debido al incremento de peso, porque la menstruación se dispara cuando las pequeñas llegan a los 45 kilogramos, han empezado entre los 9 y los 10 años, se ha reducido la edad de inicio”, dijo.
El especialista explicó que a este momento se le conoce como menarca y se puede definir como un proceso fisiológico que marca el inicio de la menstruación, y a la par se presentan otros cambios físicos y mentales.
“Hemos visto una reducción de hasta dos años en la edad de inicio de la menstruación y ¿a qué se debe esto? A los cambios sociales, a los cambios climáticos, las redes sociales, todo influye, de manera que despierta esas hormonas antes de lo que teníamos considerado como el inicio de la pubertad”, indicó.

Signos previos
Previo a la primera menstruación, refirió, se dan otros signos importantes, entre ellos: la telarca, que es el período en el que comienzan a desarrollarse los senos en las niñas, y es uno de los primeros signos de la pubertad; el segundo signo es la pubarca, que es el desarrollo del vello púbico y el tercer momento es la menstruación.
“Casi siempre en promedio, después del desarrollo del vello en las zonas genitourinarias, de 6 a 8 meses iniciará el periodo menstrual, de esto es algo que las madres y padres deben estar muy atentos, principalmente en el desarrollo de las niñas y tener considerado que si existe un sobrepeso eso también despertará que algunas hormonas se empiecen a activar antes de tiempo, principalmente los estrógenos”, explicó.
Información y educación sin estigmas
Ante estos cambios, indicó el ginecólogo, la información y la educación son indispensables, sin distinción entre niñas y niños, a fin de erradicar ciertos tabúes, mitos o datos con poco rigor, además de generar ambientes en los que la salud sea vista desde un enfoque integral.
Hay que tener presente que este momento no solo genera incomodidad en las niñas, también pueden sentirse señaladas, inseguras e incluso puede provocarles una baja en su autoestima, por lo que es un tema que se debe hablar no solo al interior de las familias, sino en otros entornos como los centros educativos.
“Nuestros maestros tienen que prepararse de manera que entre tercero y cuarto de primaria vayan preparando a hombres y mujeres. Tienen que comenzar a hablar de los cambios que se vayan presentando, posteriormente decirles que tendrán que utilizar alguna toalla femenina”, declaró.
Kit básico
Para apoyar en esta transición, el especialista recomendó a las madres y padres de familia crear estrategias al interior de los hogares, así como articular acciones en los centros educativos para garantizar que las niñas pasen por este cambio, de la mejor manera posible.
Entre las estrategias, indicó, pueden aplicarse kits especiales que estén integrados por artículos de higiene personal, toallas sanitarias, papel higiénico, entre otros, para estar preparados ante cualquier caso que pueda presentarse.
Indicó que para aquellas niñas que inician con su periodo menstrual, lo mejor es el uso de toallas sanitarias y evitar otro tipo de productos de gestión menstrual, como copas o tampones, ya que el primer paso es que puedan sentirse lo más cómodas y seguras.
También se aconseja ir llevando un control, en el que se anoten fechas de inicio, duración del periodo y posibles síntomas, con el objetivo de que vayan conociendo qué cambios ocurren previo, durante y posterior.

No son ciclos regulares
El ginecólogo indicó que en este periodo los ciclos no son regulares, por ello se debe poner especial atención.
“Existe cierta preocupación por la mamá, de que tuvo la menarca la pequeña y después tardó dos o tres meses en volver a tener su ciclo, esto es normal, y tarda más o menos de dos a tres años en que se haga regular”, aseguró.
Reiteró que durante este proceso también puede presentarse un embarazo, incluso antes de darse el primer sangrado, por lo que la educación sexual también es clave.
“Incluso si no ha tenido su primera menstruación y antes de su menstruación hubo ovulación y actividad sexual sin protección puede quedar embarazada, incluso sin menarca”, indicó.
Finalmente hizo un llamado para hablar sobre métodos de planificación familiar, además de formar espacios, sobre todo en la familia, en donde haya un ambiente de confianza y se hable libremente sobre sus dudas y la sexualidad.
También indicó la importancia de acudir a revisiones periódicas, ya sea con el o la pediatra o en su caso, con la o el ginecólogo obstetra.
PNMO