El Instituto de Copenhague para Estudios del Futuro (CIFS) desarrolló el Índice de Asma Grave, una herramienta comparativa diseñada para evaluar cómo los países previenen, diagnostican y controlan dicha enfermedad.
En este análisis se incluyó a México entre las naciones con problemas de diagnósticos, con baja prevalencia de especialistas en neumonía y que carece de datos estructurados.
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"México tiene una baja puntuación en Características del Sistema de Salud. Si bien el número de hospitalizaciones es bajo, el sistema de salud mexicano también presenta una baja densidad de especialistas en neumología y carece de sistemas nacionales de datos estructurados", de acuerdo con el informe "Índice de Asma Grave. Informe de expansión 2025".
El CIFS colaboró estrechamente con expertos clínicos y políticos nacionales, donde se remarco que México cuenta con el porcentaje de obesidad más alto de la región.
"México tiene una alta puntuación en Carga de Enfermedad debido al bajo costo social del asma, que corresponde a bajos AVAD y baja mortalidad. Sin embargo, la obesidad es la más alta de la región. Esta puntuación puede subestimar la carga real de enfermedad debido al limitado al diagnóstico, tratamiento y notificación", de acuerdo con el informe.
¿En qué consta el Índice de Asma Grave?
El Índice consta ahora de 3 mil 139 puntos de datos, en cinco categorías:
- Contexto Político
- y Cobertura de la Atención
- Características del Sistema de Salud
- Carga de Morbilidad
- Factores Ambientales
Si bien México tiene una alta puntuación en Contexto Político, habiendo logrado avances significativos en el desarrollo de guías clínicas basadas en la evidencia y adaptadas localmente, los expertos también reconocen la importancia de la educación del paciente y el control de factores de riesgo como el tabaquismo.
Entre los desafíos se enumeró el severo problema de que el asma sea infradiagnosticado, especialmente en niños.
"El tratamiento deficiente contribuye a un control deficiente de la enfermedad, lo que provoca crisis más frecuentes, síntomas persistentes y un mayor riesgo de complicaciones.
"Entre los factores que contribuyen se incluyen la falta de consenso diagnóstico, las clasificaciones de gravedad flexibles y el reconocimiento limitado del asma pediátrica como una enfermedad grave", menciona el informe.
Además, la falta de datos precisos y específicos de cada región limita la comprensión de la prevalencia del asma grave a nivel nacional.
Las inconsistencias metodológicas entre los estudios y la ausencia de registros nacionales de asma grave limitan la planificación de la salud pública y la capacidad de rastrear tendencias o evaluar.
"En cuanto a los factores ambientales, las fuentes disponibles no ofrecen datos suficientes para evaluar el impacto específico de la calidad del aire interior. Sin embargo, se sabe que la mala calidad del aire exterior (vinculada a las partículas, el ozono y las emisiones vehiculares/industriales) contribuye a la carga de asma en México", indica el informe.
Lo cierto es que en México hay un aumento progresivo de la demanda de atención para el asma aguda en algunas zonas e instituciones. Se observan picos estacionales, con mayor demanda durante los meses más fríos.
"Aunque la mortalidad general reportada es baja, el asma puede ser mortal y se sospecha que existe un subregistro de muertes relacionadas con esta enfermedad.
"Las comorbilidades, como la rinitis alérgica, la rinosinusitis, el reflujo gastroesofágico, la obesidad, la ansiedad y la depresión, son comunes entre los pacientes con asma (especialmente en casos graves o de difícil control), lo que complica el diagnóstico y el tratamiento", cita el informe.
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RTG