Estadísticas literarias

Toscanadas

Quizás las estadísticas literarias no sirven de mucho, pero a David Toscana le resultan más interesantes que la posesión del balón o los pases completados.

Aunque las letras tienen poco que ver con los números, alguna vez me puse a calcular algunas cifras. Por ejemplo, en los aviones leemos que los avisos de los cinturones de seguridad requieren menos letras en inglés que en español. En parte, quizás, tiene que ver con la brevedad. El inglés tiene mucho más monosílabos que el español. En parte también tiene que ver con las fórmulas de expresión, pues la lengua española se ocupa mejor de las cortesías.

Este aviso bilingüe lo leí en el aeropuerto de Mérida.

Flights are not announced over the public announcement system, keep aware of your gate and time departure on these screens.

“Para su comodidad, los vuelos no son anunciados en el sistema de voceo, verifique su hora de abordar y puerta de salida en estas pantallas.”

Se agradece la cortesía en español.

​Una manera imperfecta, pero aproximada, de poner en la balanza ambos idiomas, fue promediar las palabras en los sonetos de Shakespeare vs. una cantidad igual de sonetos de Lope de Vega.

Shakespeare pone un promedio de 114 palabras por soneto con versos de diez sílabas; Lope de Vega apenas 94, en costumbre de once sílabas. Varios versos de Shakespeare acomodan diez palabras: “And with old woes new wail my dear time’s waste” o “For no man well of such a salve can speak”, entre tantos otros. Mientras que Lope acomoda apenas cuatro en muchos versos. “Entre aquestas columnas abrasadas” o “gozas tocando, imaginando toco”.

Con estos datos, se podría pensar que la concisión del inglés permite que un lector en ese idioma lea cien palabras en lo que un hispanolector apenas lleva 75, pero sería una conclusión precipitada. Ese último verso de Lope, en inglés sumaría dos pronombres: “You enjoy touching, imagining I touch”.

En español fácilmente el adjetivo es sustantivo. “Vi un muerto” vs “I saw a dead man”. ¿Y cómo pasan al inglés palabras como librito, librucho, librazo o libraco?

Se me ocurrió que otra forma de poner las lenguas a prueba era medir las palabras necesarias para contar la misma historia. Así, tomé una traducción al inglés y otra al español de La metamorfosis, de Kafka. ¿El resultado? Inglés - 22,012 palabras. Español - 20,403.

También por curiosidad me puse a mirar la frecuencia de signos de puntuación en Juan Rulfo y Carlos Fuentes; el primero con periodos cortos, el segundo con frases largas, subordinadas y letanías. El resultado es lógico. Rulfo emplea el doble de puntos que comas; Fuentes el doble de comas que puntos. Así las cosas, por cada coma en Rulfo, encontramos cuatro en Fuentes.

Tengo más estadísticas literarias con las que me entretengo y que ya no comento por falta de espacio. Quizás no sirven de mucho, pero me resultan más interesantes que la posesión del balón o los pases completados.

AQ

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