Los Bravos de León reafirmaron su estatus como los "Maestros de las Remontadas" al completar una impresionante barrida de tres juegos ante Saraperos de Saltillo en el Estadio Domingo Santana, demostrando una vez más porqué son considerados uno de los equipos más resilientes de la Liga Mexicana de Beisbol.
La serie arrancó con un electrizante primer encuentro donde Alberth Martínez se convirtió en el protagonista absoluto al impulsar cinco carreras en la victoria 10-7. El venezolano demostró su capacidad de clutch con batazos oportunos, incluyendo un cuadrangular decisivo en el séptimo inning que selló el triunfo.
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El encuentro estuvo marcado por múltiples cambios en el marcador y momentos de tensión que vaciaron las bancas tras un jonrón de Michael Robles.
El segundo duelo elevó aún más la intensidad emocional con un dramático desenlace en extrainnings. Danny Ortiz, el "Destructor de Cayey", se erigió como héroe al conectar un grand slam en la undécima entrada que definió el 6-4 final. Los Saraperos habían dominado gran parte del encuentro con ventaja de 4-1, pero los felinos demostraron su temple característico para forzar entradas extras y finalmente conseguir otra épica remontada.
La barrida se consumó en el tercer juego con una demoledora victoria 13-5 que devolvió a León al equilibrio perfecto de .500 con marca de 24-24. Phillip Evans marcó su debut soñado al conectar su primer cuadrangular como Bravo, mientras que la ofensiva leonesa explotó para 13 anotaciones. A pesar de recibir cuatro carreras tempraneras, el equipo dirigido por Miguel Tejada respondió con autoridad, destacando las actuaciones de Jimmy Kerrigan, Danny Ortiz y Ángelo Castellano.
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La serie mostró el ADN inconfundible de los Bravos: capacidad de recuperación, clutch hitting en momentos cruciales y un apoyo incondicional de su afición en "La Fortaleza". Con esta barrida, León se consolida en el cuarto lugar de la Zona Sur y envía un mensaje claro sobre sus aspiraciones a los playoffs.
Los tres encuentros tuvieron denominadores comunes: remontadas espectaculares, momentos de alta tensión y una demostración del poderío ofensivo leonés que promedió más de nueve carreras por juego. Saraperos vendió cara cada derrota, pero no pudo contener el vendaval ofensivo de unos Bravos que parecen haber encontrado su mejor versión en el momento oportuno de la temporada.
Esta barrida no solo significa tres victorias más, sino la confirmación de que León tiene los ingredientes necesarios para ser protagonista en la recta final de la campaña regular.
