Cruz Azul se vuelve a ver las caras con América en una Liguilla, algo que ya no sorprende, síntoma de la salud deportiva que gozan las dos instituciones, quizá con un poco más de mérito para La Máquina después de ver cómo pintaba el panorama tras la salida de Martín Anselmi, porque en lo que compete a las Águilas no es algo nuevo, ya llevan siete semifinales de forma consecutiva, muestra inequívoca de que no hay proyecto más centrado que el de los americanistas.
Vaya misterios que guarda el futbol, la pelota ha querido que otra vez estas dos instituciones se midan en la antesala de una Final, igual que el pasado mes de diciembre que acabó -como no podía ser de otra manera- con su cuota de polémica, porque eso también eleva la calidad y la pasión de este enfrentamiento.
Sí, esta serie tiene muchas condicionantes, pero hay un aspecto crucial: los entrenadores de ambos clubes que tienen un punto en común y no es otra cosa que cuando uno y otro llegaron tuvieron que lidiar con un entorno poco favorable y que estuvo cargado de dudas, Jardine lo superó y lo dejó en el olvido; Vicente va camino de ello.

Vicente el renegado
Vaya novela la que se vivió en La Noria allá por el mes de enero cuando Martín Anselmi se marchó por la puerta de servicio, Cruz Azul entró en la orfandad, veía todo negro, fueron noches de pesadilla, porque cuando pensaban que tenían todo para pelear por el título el castillo se caía como terrón de azúcar.
El elegido fue Vicente Sánchez, a quien la directiva celeste le puso la etiqueta de interino mientras exploraba el mercado. El entrenador charrúa acató, se había sacado la lotería sin comprar billete, su debut con Puebla con un empate a un gol no ayudó mucho a tener un buen arranque, pero después el equipo tomó velocidad.
Se calmó el entorno convulso, la directiva dejó de analizar perfiles, se le dio un voto de confianza casi cada semana, hasta que en los despachos entendieron que lo mejor era dejar a Vicente, el aficionado que primero estaba resignado acabó entusiasmado. El punto de inflexión llegó cuando La Máquina de Vicente eliminó al América de la Champions Cup, sí, el entrenador que nadie quería fue capaz de hacerlo que todo el pueblo celeste deseaba: dejar al América sin el torneo más deseado.

Entre Concacaf y Liga Mx los números de Vicente Sánchez son impresionantes: 25 partidos con saldo de 16 victorias, 8 empates y solo 1 derrota, pero ni eso ha terminado de convencer a la directiva de apostar por él para el próximo semestre.
Vicente podría dar un golpe de autoridad en esta semifinal, una serie con la palabra revancha tatuada en el corazón celeste, una eliminatoria que tendrá que ganar porque el empate lo deja fuera, así que tendría un valor doble. Vicente ya sacudió traumas pasados y el domingo puede terminar de exorcizar al más grande demonio de Cruz Azul; lograrlo bien valdría una continuidad en el cargo.
Jardine el profeta
El entrenador brasileño llegó a Coapa a mediados de 2023, con esa interrogante de si tenía los méritos para estar al frente de un equipo tan demandante como el América, su arranque fue un descalabro ante Juárez que lo puso en el paredón, pero André pidió paciencia, confiaba en lo que era capaz de lograr.
Tiempo al tiempo, Jardine ha construido un equipo que juega y se comporta como reloj suizo, ha hecho del América el mejor club en el último año y medio, una escuadra que sabe a lo que juega, que encuentra las soluciones para no perder la cuadratura, por activa o por pasiva da con la fórmula para competir y porque pese a las bajas, las grietas no se notan.

La gestión de Jardine ha sido lo mejor en los últimos 40 años, porque le ha dado una identidad al equipo, ha comprendido esa necesidad de competir y ganar; primero logró un bicampeonato que se le había negado al club en los torneos cortos, fue más allá y el semestre pasado firmó el tricampeonato que lo situó en la élite del club. Por el camino también logró el Campeón de Campeones, la Supercopa Mx y la Campeones Cup.
El actual entrenador campeón registra números impresionantes: 17 partidos de fase final sin conocer la derrota (16 de Liguilla y 1 de Play In); viniendo desde los primeros puestos o desde la fase previa, los de Coapa han demostrado su jerarquía en la fiesta grande; Jardine comanda un equipo que se encuentra en buen estado de forma y que lo convierten en el rival a vencer.
RGS