Durante años, para la comunidad LGBT, la Iglesia Católica fue sinónimo de puertas cerradas, de miradas de lado, de sermones que dolían más de lo que sanaban. Crecer siendo parte de esta comunidad significaba, muchas veces, cargar con culpas que no eran propias y rezar en silencio para ser aceptados, hasta que llegó el papa Francisco.
"El papa no nos prometió milagros. No borró de un día para otro el dolor ni la discriminación. Pero hizo algo que, para quienes hemos luchado por un lugar en este mundo, vale más que cualquier discurso: nos miró a los ojos. Nos reconoció como hijos e hijas de Dios, tan dignos como cualquiera".
Papa Francisco marcó pauta en la comunidad LGBT
Alessandro, un joven italiano que vivió en carne propia el rechazo de su propia familia católica, lo resume bien:
"(Tenía) un rostro real, que me (hacía) sentir confianza y no (quedaba) solo en rumores".
La apertura que impulsó Francisco no fue perfecta ni fue rápida; tropezó con siglos de intolerancia y con muros de miedo, pero fue real. Fue un primer paso hacia algo que muchos creían imposible: un espacio donde no tuvieran que esconderse para amar.
Bernardo, también miembro de la comunidad LGBT, lo dice con emoción:
"En estos tiempos tenemos que conectarnos con Dios sin juzgar, y el papa marcó una pauta buena. Ahora muchos padres del mundo abren más sus iglesias para nosotros".
Bendición a personas del mismo sexo; ¿Cuáles fueron las aportaciones del papa?
Francisco no solo habló de amor, lo vivió. Se reunió con jóvenes expulsados de sus casas, bendijo uniones civiles entre personas del mismo sexo, repitió incansablemente que nadie debe ser rechazado por amar distinto.
En 2023, firmó uno de los gestos más simbólicos: aprobó las bendiciones para parejas del mismo sexo. Un acto que, hace no mucho, parecía imposible de imaginar en el corazón mismo del Vaticano.
Sergio, otro de los muchos que encontraron en Francisco un símbolo de esperanza, lo resume así:
"Fue una apertura correcta. Un mensaje de esperanza para cada persona, sin importar su sexualidad".
Hoy, mientras Francisco se despide, la comunidad LGBT no solo pierde a un Papa, pierde a un amigo, a un hombre que entendió que todos son perfectos ante los ojos de Dios, como él mismo lo dijo alguna vez a un joven chileno:
"Dios te ama tal como eres".
Ojalá quien tome su lugar no construya muros, sino más puentes. Como Francisco lo hizo, como se necesita.
- Te recomendamos ¿Qué posición ocupaba el papa Francisco cuando jugaba fútbol y qué aprendizaje le dejó? Internacional

ksh