Las políticas arancelarias de Estados Unidos han generado tensiones comerciales y un enfriamiento en el dinamismo económico en México y el mundo; sin embargo, este golpe también lo recibe Estados Unidos, de acuerdo con Ramsé Gutiérrez, codirector de inversiones en Franklin Templeton México.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recientemente ajustó a la baja sus perspectivas de crecimiento para las 20 economías más importantes del mundo (G20), un reflejo del nerviosismo que inversionistas y empresarios tienen frente al panorama incierto.
Para México, la expectativa bajó de 1.2 por ciento a 0.4 por ciento. Esta reducción se genera a partir del riesgo y la incertidumbre de que hasta 80 por ciento de las exportaciones enfrenten un aumento en los aranceles que ya se tienen.
Como es el caso del acero, en donde el presidente estadunidense Donald Trump, el pasado 3 de junio, firmó un decreto en donde aumentó de 25 a 50 por ciento los aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Los cuales han sido aplicados a partir del 4 de junio.
Ante esta actualización, Ramsé Gutiérrez afirmó que la previsión de la OCDE es muy baja para el potencial de la nación, además, consideró que “el país está cada vez más cerca de una recesión”.
En ese sentido, a medida que las consecuencias arancelarias se hacen presentes para México, el crecimiento económico para Estados Unidos también sufre las consecuencias de sus propias políticas.
La proyección de la OCDE para el crecimiento económico de Estados Unidos cayó de 2.4 por ciento a 1.6 por ciento, el mismo ajuste de menos 0.8 puntos porcentuales que el aplicado a México. El llamado "bumerán arancelario" está golpeando en ambos sentidos.
Si bien estas actualizaciones en el crecimiento económico reflejan el actual nerviosismo de los mercados, Ramsé Gutiérrez considera que el impacto podría moderarse si las negociaciones comerciales logran avances significativos, ya sea con la reducción, eliminación o aplazamiento de las tarifas arancelarias para México.
Mientras el panorama comercial siga igual, o sin alguna modificación que proporcione un poco más de estabilidad para los agentes económicos, “la incertidumbre a través de correcciones que podrían, o no, convertirse en oportunidades de inversión”.
“La oportunidad podría darse para los mercados de deuda, que ante un menor dinamismo económico podrían ver una disminución en las presiones inflacionarias y, a su vez, una baja en las tasas, generando una plusvalía significativa para estos mercados”, finalizó Ramsé.
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MRA