Los aranceles de Donald Trump, la grave crisis de la vivienda y el rápido crecimiento de la población por las políticas de migración de los gobiernos del ex primer ministro de Canadá Justin Trudeau han provocado que la política económica ocupe un lugar central en la campaña electoral de las elecciones generales canadienses.
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La economía canadiense bajo presión por los aranceles de Trump
Si hay un tema que quita el sueño a los canadienses son los aranceles de la istración de Donald Trump, a Canadá, y con razón.
La relación económica entre Canadá y Estados Unidos es excepcional, el 77 por ciento de las exportaciones canadienses se dirigen al país vecino.
En sectores clave, como el petróleo, donde Canadá ocupa el cuarto lugar como productor mundial, las ventas a Estados Unidos representan casi el 99 por ciento del total exportado.
El año pasado, el intercambio bilateral de bienes y servicios entre ambos países, del tratado T-MEC junto con México, alcanzó un total de 904 mil 200 millones de dólares estadunidenses, de los cuales 762 mil 100 millones correspondieron al comercio de bienes.
Guerra comercial
Pero desde el primero de febrero, Trump ha impuesto a Canadá varias oleadas de aranceles:
- Un 25 por ciento a todos los productos no incluidos en el T-MEC.
- Un 10 por ciento al petróleo y gas.
- Un 25 por ciento al acero y aluminio.
- Un 25 por ciento al sector del automóvil para los vehículos no considerados norteamericanos.
En respuesta, Canadá implementó aranceles del 25 por ciento a bienes provenientes de Estados Unidos, con un valor total de 60 mil millones de dólares canadienses, equivalentes a aproximadamente 43 mil 350 millones de dólares estadunidenses.
El impacto de la guerra comercial entre los dos socios es significativo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó en 0.6 puntos el crecimiento económico de Canadá en 2025, y lo dejó en 1.4 por ciento.
De todas las economías avanzadas, la canadiense es la que más sufre las políticas comerciales de Trump.
La reducción de la economía provocará la pérdida de unos 150 mil empleos en el país, según las estimaciones de los economistas, especialmente en los sectores del automóvil, el acero y el aluminio.
Ante la volatilidad de Trump y la incertidumbre futura, los dos principales candidatos a convertirse en primer ministro del país a partir del 28 de abril, el liberal Mark Carney y el conservador Pierre Poilievre, se han comprometido a tomar medidas urgentes para reducir la dependencia económica con Estados Unidos y diversificar las exportaciones canadienses.
Además de los aranceles de Trump, otros dos temas están dominando la campaña electoral.
El elevado coste de la vida ha sido una de las principales preocupaciones de los canadienses desde el fin de la pandemia.
Falta de viviendas asequibles
El precio promedio de una vivienda en Canadá ha pasado de 419 mil 700 dólares canadienses en 2014 a 707 mil dólares en 2024, un aumento acumulado del 68 por ciento, muy superior al incremento de los salarios, y se estima que el país necesita construir 5.3 millones de viviendas para cubrir las necesidades de la población.
En estos momentos, el precio promedio de una vivienda es aproximadamente nueve veces el ingreso familiar medio, después de impuestos, cuando hace una década era de entre cuatro y cinco veces, y en ciudades como Toronto o Vancouver la cifra llega a ser 12 veces.
El fuerte aumento del precio de la vivienda y del coste de la vida han discurrido paralelo con el aumento de la migración.
Si en 2014 Canadá itió unos 260 mil nuevos residentes permanentes, en 2023 la cifra fue de 430 mil, el gobierno del primer ministro Justin Trudeau había previsto llegar a 500 mil este año.
A estas cifras se unen la de los trabajadores temporales y estudiantes extranjeros, según las cifras del organismo público Estadísticas Canadá, el número de trabajadores temporales pasó de 356 mil en 2011 a 845 mil en 2021.
Así que, a finales de 2024, se calculaba que en Canadá había unos tres millones de residentes no permanentes.
Ante las dificultades causadas, en abril del año pasado, Trudeau reconoció que Canadá no podía absorber el elevado número de migración irregular y propuso reducir la proporción de residentes temporales con respecto a la población del 7.5 por ciento al cinco por ciento para 2027.
Ahora, en plena campaña electoral, Carney se ha comprometido a limitar la cifra de residentes temporales aún más, por debajo del cinco por ciento, y el de residentes permanentes a menos del uno.
Por su parte, el conservador Poilievre quieren limitar a 250 mil el número de residentes permanentes que Canadá aceptará cada año, los mismos niveles que hace una década, y mantener la tasa de crecimiento de la población por debajo del ritmo de construcción de viviendas.
ARE