Ante el constante encarecimiento del mercado inmobiliario, la copropiedad representa una alternativa en la que puedes adquirir una fracción del inmueble, que generalmente comienza desde el 10 por ciento del precio total.
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a todos los derechos legales
De acuerdo con Jhonatan Rivero, consultor en desarrollo inmobiliario, este modelo, al tener una fracción mínima, permite adquirir una escritura individual, tener a todos los derechos legales asociados al uso, venta, renta y herencia de la parte adquirida.
“La idea de que solo puedes construir patrimonio comprando el 100 por ciento de una propiedad ya no tiene sentido, hoy, este modelo, permite acceder a bienes raíces de alto valor desde una lógica financiera más sensata”, afirmó.
La alternativa ha comenzado a ganar popularidad, especialmente entre jóvenes, quienes están interesados en adquirir propiedades para emprender la construcción de un patrimonio.
Regiones como Valle de Bravo en el Estado de México, o Tequesquitengo en Morelos, donde las plusvalías pueden llegar hasta el 18 por ciento anual, se vuelven destinos con oportunidad de compra, sin necesidad de grandes inversiones o créditos hipotecarios a pagar por más de diez años.
“En un mercado donde comprar una propiedad es cada vez más difícil, hacerlo de forma conjunta, legal, estructurada y patrimonial, puede marcar la diferencia entre quedarse fuera o comenzar a construir un futuro”, añadió Rivero.
¿Por qué adquirir una copropiedad inmobiliaria?
El especialista destaca cinco razones fundamentales sobre la oportunidad que genera la copropiedad para comenzar con un patrimonio, las cuales son:
- Seguridad jurídica: Cada fracción se respalda con una escritura individual notariada.
- Derechos plenos: Se puede vender, heredar o rentar sin depender de los otros copropietarios.
- Generación de plusvalía: Al igual que una propiedad completa, las fracciones aumentan su valor con el tiempo.
- Uso flexible: El uso se organiza de forma interna entre copropietarios, sin calendarios rígidos.
- sin endeudamiento excesivo: Permite invertir en la adquisición de un patrimonio sin comprometer décadas de pagos.
A pesar de la oportunidad que la estructura de adquisición de vivienda permite, uno de los principales retos para consolidarse es el desconocimiento, confundiendo el modelo con el fractional ownership.
“La diferencia es contundente, el fractional ownership ofrece solo tiempo de uso, no propiedad, en cambio, la copropiedad, amparada por el marco legal mexicano, sí otorga un porcentaje real del inmueble, con valor patrimonial, derecho de enajenación y posibilidad de herencia”, finalizó.
ARE