JAC México conmemora su octavo aniversario en el país con resultados sólidos y una visión clara: liderar la transformación de la industria automotriz mediante una fuerte apuesta por la electromovilidad y el desarrollo local.
Isidoro Massri, director general de la marca, destacó que México ya se ha convertido en el mercado más importante para JAC fuera de China. Desde su llegada en 2017, la marca ha vendido más de 82 mil unidades y actualmente mantiene una participación del 22.3 por ciento en el segmento de autos eléctricos, de acuerdo con datos del Inegi.
A pesar de los retos de los últimos años, incluyendo la pandemia, JAC ha logrado un crecimiento sostenido a doble dígito. Hoy en día, cuenta con una red nacional de más de 60 distribuidores —de los cuales el 74 por ciento ya opera bajo la nueva imagen de la marca— y un portafolio de 23 modelos disponibles, siete de ellos completamente eléctricos.
En entrevista con MILENIO, en el marco del Foro NODOS para la Electromovilidad: Capítulo Estado de México, organizado por la Universidad Anáhuac, el directivo abordó los retos del sector en el país. “México aún no cuenta con los mejores incentivos ni con la infraestructura más avanzada, pero el cambio está en nuestras manos. Si tu perfil de implica principalmente uso urbano, estás desaprovechando cada minuto que no manejas un auto eléctrico”, afirmó.
¿Qué significa para ustedes haber cumplido ocho años en México?
Cumplir ocho años en México no solo representa un logro, sino también una muestra clara del compromiso que hemos construido junto a nuestros clientes, colaboradores y socios estratégicos. En un mercado automotriz altamente competitivo, hemos crecido con una visión firme: convertirnos en la marca mejor valorada del país.
Desde nuestra llegada en 2017, hemos mantenido un crecimiento sostenido a doble dígito, y en algunos años incluso alcanzamos un crecimiento a triple dígito. Incluso durante la pandemia, nuestra operación se mantuvo estable, lo que refuerza nuestra confianza en que este ritmo continuará. De hecho, proyectamos seguir creciendo a doble dígito en los próximos cinco años.
Los resultados respaldan nuestro esfuerzo: en menos de una década hemos vendido más de 82 mil unidades en México. Una parte importante de estas ventas ha posicionado a JAC como líder en el segmento de autos eléctricos, con una participación de mercado del 22.3 por ciento, de acuerdo con cifras del Inegi.
Contamos con una red nacional de más de 60 distribuidores, de los cuales 74 por ciento ya han sido renovados bajo la nueva imagen de marca presentada en 2024.
Estos ocho años de presencia en México se traducen en mucho más que cifras: reflejan una infraestructura sólida que respalda nuestra operación y nuestro compromiso con el desarrollo sostenible de la industria automotriz en el país.
¿Cómo impacta la expansión de su planta en Hidalgo a su crecimiento?
Aunque por el momento no existen planes para abrir una segunda planta, actualmente estamos en proceso de expansión de nuestra planta ubicada en Ciudad Sahagún, Hidalgo. Desde el año pasado anunciamos la ampliación a ocho líneas de ensamble, y recientemente adquirimos una nueva nave que permitirá incrementar nuestra capacidad en diversas áreas: almacenamiento de partes, refacciones, ensamble de vehículos eléctricos y posiblemente el desarrollo de nuevas tecnologías. Como parte de esta expansión, se contempla una segunda línea de producción dedicada exclusivamente a vehículos eléctricos.
Actualmente, la planta abarca un total de 100 mil metros cuadrados, de los cuales 70 mil están destinados al ensamble de vehículos y 15 mil al almacén de refacciones. En total, nuestras instalaciones ya superan los 300 mil metros cuadrados, cuando hace apenas dos años eran 60 mil. Este crecimiento refleja el firme compromiso de la marca con la innovación, la tecnología y el desarrollo industrial en México.
JAC comercializa hoy en día 23 modelos en el país, distribuidos en tres segmentos: vehículos de pasajeros, vehículos comerciales y eléctricos. De estos, siete modelos funcionan exclusivamente con energía eléctrica, lo que reafirma nuestra apuesta por la electromovilidad.
Un aspecto clave de este crecimiento ha sido la generación de empleo. Hasta ahora, hemos creado más de 800 empleos directos y alrededor de 9 mil 600 empleos indirectos. Además, el complejo continúa fortaleciendo su enfoque en investigación e innovación mediante centros especializados en desarrollo tecnológico (R&D Centers) y movilidad eléctrica (EV Centers).
También colaboramos activamente en la formación de talento mexicano: cada año, numerosos ingenieros realizan sus prácticas profesionales en nuestra planta, lo que contribuye al crecimiento profesional del capital humano y al fortalecimiento del ecosistema automotriz nacional.
¿Qué tan importante es la tropicalización de sus vehículos para garantizar que funcionen en las condiciones únicas de México?
Hace ocho años tomamos la decisión de establecer una planta en México. Es una planta que representa una inversión constante. Contamos con más de mil colaboradores dedicados a un objetivo muy claro: asegurar que el producto esté verdaderamente adaptado para México.
Cuando un vehículo sale de una línea de producción en Estados Unidos o China, está diseñado para condiciones muy distintas: caminos lisos, velocidades constantes, sin topes, sin pendientes pronunciadas. En México, la realidad es otra. Aquí tenemos subidas de 35 por ciento, calles irregulares, humedad, salitre, cambios bruscos de temperatura y otros retos que requieren una verdadera tropicalización del producto.
Por eso nuestra planta no solo ensambla, sino que adapta: desde la calibración de los amortiguadores y la resistencia de los materiales, hasta la disponibilidad local de refacciones y el soporte técnico. Todo esto solo puede lograrse teniendo presencia local, con un equipo comprometido que entienda a fondo las condiciones del país y las necesidades de nuestros s.
¿Cómo logró México convertirse en el mercado más importante para la automotriz fuera de China?
JAC es una marca con presencia en más de 130 países, y México se ha convertido en su mercado número uno fuera de China. Esta posición nos da una relevancia única dentro de la industria automotriz mundial. En ningún otro país fuera de su mercado de origen, JAC ha desarrollado productos con tanta autonomía como en México.
él dice“La tropicalización (de los vehículo) es clave
Para asegurar calidad y desempeño en México”.
Lo más destacado es que en México no solo ensamblamos, sino que desarrollamos vehículos específicamente pensados para las necesidades del mercado mexicano, incluso antes de que esos modelos se vendan en otros países, incluida China. Esta autonomía se traduce en una capacidad real de toma de decisiones locales, porque al final, operamos como una empresa mexicana, con una planta autónoma, enfocada exclusivamente en el país.
Nuestra planta es única: no está orientada a la exportación. Todo lo que se produce aquí, se queda en el mercado nacional. Hasta donde sabemos, no existe otra planta en el mundo con estas características. Tenemos la capacidad de fabricar más de 22 modelos distintos, y aunque no somos la planta más eficiente ni la que más utilidades genera, sí somos una planta diseñada con un propósito muy claro: asegurar que cada vehículo vendido en México cuente con el soporte posventa, la calidad y las especificaciones que demanda nuestra industria y nuestros s.
¿Está México realmente preparado para la electromovilidad?
Al país le faltan muchas cosas, pero el verdadero cambio depende de nosotros, de los mexicanos. Depende de dar un paso hacia adelante y de tener la voluntad de hacerlo. Aunque no somos el país con más incentivos, ni con la infraestructura de carga más desarrollada, como de un vehículo 100 por ciento eléctrico por más de cinco años, puedo decirte con certeza: todo está en nuestras manos.
Muchas veces no somos el adecuado para la electromovilidad y, por lo tanto, asumimos que esta tecnología no es viable para todo el país. Pero si sabes hacerte las preguntas correctas y entiendes qué tipo de eres, entonces podrás identificar cuál tecnología se adapta mejor a tus necesidades.
Por ejemplo, si te pregunto para qué usas tu auto y me respondes que todas las semanas manejas de Ciudad de México a Monterrey y de regreso, te diría que no compres un auto eléctrico. No será el más ideal para tus necesidades, incluso si existieran 200 estaciones de carga en el trayecto de la capital del país a la sultana del norte.
Existen alternativas como los vehículos híbridos enchufables u otras tecnologías que pueden resultar más eficientes para ciertos perfiles. Pero insisto, todo parte de entender tu perfil de .
Si eres alguien que utiliza el vehículo principalmente en ciudad, que solo hace viajes largos (de más de 500 km) una o dos veces al año, que además tiene otro vehículo en casa o formas parte de una flotilla con recorridos locales, entregas de última milla y cuentas con un lugar donde cargar, entonces te digo con toda claridad: estás desaprovechando cada minuto que no estás manejando un auto eléctrico. La electromovilidad sí es una opción, pero todo empieza por conocerse a uno mismo como .
¿Qué necesita México para mejorar la infraestructura pública de carga?
Es necesario que exista una colaboración entre las empresas que las desarrollan estaciones de carga y el gobierno, brindando facilidades para su instalación y expansión en el país. Hoy existe cierta infraestructura pública de carga, pero es insuficiente.
Hemos observado que aproximadamente 70 por ciento de los propietarios de vehículos eléctricos cargan sus autos en casa. Y esta es una tendencia mundial. Por eso, más allá de enfocarnos únicamente en las electrolineras públicas —que son clave para conectar ciudades—, debemos centrarnos también en cómo facilitar que más personas puedan contar con instalaciones adecuadas de carga en sus hogares. Ese es uno de los pasos más importantes para acelerar la adopción del vehículo eléctrico en México.
También debemos entender que, para que exista una infraestructura sólida, primero debe haber demanda. Tiene que haber s, tiene que haber rentabilidad para que las empresas puedan seguir invirtiendo y creciendo.
¿Qué papel deben jugar los híbridos enchufables y la inversión local de las marcas en la transición hacia una electromovilidad sostenible en México?
Existen distintos tipos de vehículos híbridos: los híbridos convencionales, los enchufables con poca autonomía eléctrica, los de mayor autonomía, y los de rango extendido. Mientras tu vehículo sea enchufable y puedas usarlo en tu día a día como un auto 100 por ciento eléctrico, contar con un motor de apoyo puede ser una gran herramienta para familiarizarte con esta tecnología, facilitar su adopción y democratizar su uso, eliminando los temores que muchos s aún tienen.
Hay híbridos que en realidad solo son autos a gasolina ligeramente más eficientes, sin posibilidad de carga externa y sin la experiencia real de conducción eléctrica. Pero un híbrido enchufable que ofrezca 60, 80 o incluso 90 kilómetros de autonomía eléctrica puede cambiar completamente la experiencia del . En el día a día, será como conducir un vehículo eléctrico, y al mismo tiempo tendrás la opción de salir a carretera sin preocuparte por la carga. Este tipo de vehículos son una excelente opción para transitar hacia la electromovilidad, para educar, conocer y, sobre todo, para perder el miedo.
En cuanto al papel del gobierno, más allá de pensar únicamente en incentivos —especialmente en el contexto actual de complejidad económica, negociaciones internacionales y limitaciones presupuestarias—, creo que hay muchas acciones que no requieren grandes inversiones. La clave está en comunicar con claridad, en tener una visión de país que oriente al ciudadano sobre hacia dónde vamos y qué queremos lograr como sociedad. También es importante facilitar trámites, simplificar procesos y crear un entorno más eficiente para todos.
Si bien hoy ya existen ciertos incentivos, como la exención del ISAN o descuentos en algunas autopistas, lo verdaderamente valioso es no enfocarse solo en cómo hacer que las marcas vendan más vehículos. El enfoque debe estar en atraer inversión real: plantas de ensamble, almacenes de refacciones, capacitación de capital humano, generación de empleo. Que las marcas no solo vengan a vender, sino a quedarse, a invertir y a construir una estructura sólida en México. Eso es lo que verdaderamente fortalecerá el mercado automotriz nacional y generará un desarrollo sostenible en la industria.
OMM