Nuevo León vive tiempos de buenas y malas en el último mes hablando de seguridad.
La buena, pensando en ser positivos, es que se están resolviendo pronto los secuestros masivos que en varios episodios han consternado a los municipios periféricos, alcanzando la suma de 44 en total.
La mala, no se ha logrado una sola detención de los responsables de estos hechos ocurridos en el Valle de las Salinas y este fin de semana en Anáhuac.
A estas alturas ya nadie puede negar que Nuevo León forma parte de ese selecto grupo de estados donde lamentablemente se registran plagios masivos y los resultados contra aquellos que cometen el delito son nulos.
Ayer otra vez la nota fue que 12 trabajadores de una constructora fueron privados de su libertad por ocho hombres armados en pleno Centro de Anáhuac durante la madrugada del domingo, y aunque aparecieron un día después llaman la atención las similitudes con los casos previos de Salinas Victoria y Ciénega de Flores.
La verdad es que impresiona la tranquilidad con la que se llevan a tantas personas. También la coincidencia geográfica, ya que todos los hechos han ocurrido en el corredor que va de la Zona Metropolitana a la región norte del estado.
Priva el silencio de las autoridades. El gobernador Samuel García se rehúsa a hablar del tema, los alcaldes de los municipios involucrados tampoco declaran por temor, y Gerardo Palacios Pámanes y Pedro Arce, secretario de Seguridad y encargado del Despacho del fiscal General, respectivamente, solo hablan los miércoles y viernes.
Quienes sí hablan son las organizaciones civiles, como Alto al Secuestro, que presenta datos alarmantes de lo que ocurre en la entidad, al contar con 69 secuestros en lo que va del sexenio, y un disparo de tres a siete casos del segundo al tercer mes del presente año.
En un estado donde el nearshoring ha impulsado el crecimiento económico y que disputa ser la sede del sorteo para el Mundial del 2026, hoy la nota son los plagios masivos de ciudadanos.
Lejos quedan las palabras del gobernador, en agosto del año pasado, cuando presumió la inversión de 15 mil millones de pesos en una nueva Fuerza Civil.
“Nunca antes había recibido tal inversión, porque si queremos enfrentar al crimen organizado, porque aquí no hay abrazos, aquí hay estado de derecho”. Tal vez debería actualizar su postura ante este lacerante tema, la gente lo está esperando. Los delincuentes no descansan.
Con un poco de empatía seguro dará nuevos bríos a quienes confiaron en él en 2021, ojalá que lo haga.