Mientras los narcocorridos se extinguen poco a poco de los espacios públicos en México y se refugian en las plataformas digitales, hay un género musical igual de controversial que está ganando adeptos y esquivando la censura: el rap bélico.
A diferencia de los también llamados corridos tumbados –una variante del regional mexicano que ensalza al crimen organizado–, el rap bélico retrata la violencia en México desatada tras la “guerra contra el narco”, retomando los ritmos del hip hop estadunidense y la recitación de rimas.
Como Dr. Dre rapeando sobre comandos que cruzan las brechas o Tupac Shakur refiriendo una balacera en Veracruz.
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Rap bélico en México
Sus exponentes en México se dividen en dos bandos irreconciliables: los que glorifican a los cárteles, sus líderes y sus crímenes; y los que rapean para animar a policías y militares que están en las zonas de conflicto con el crimen organizado.
El primer bando no es muy distinto a Los Alegres del Barranco, el Komander o Peso Pluma: ensalzan a delincuentes que van desde capos como El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) , hasta sicarios de bajo rango como Juanito Pistolas, el niño de 13 años que integraba La Tropa del Infierno y cuya muerte violenta lo hizo una celebridad.
“Juanito Pistolas, así me han apodado / Como seis gabachas en mi cuadro / Reportando el jale, lo que ande por el pueblo / Ya sea en rapiditas o blindao, yo no los pierdo / Al rajas no lo olvido, mi cuasito' lo recuerdo / Nacimos pa' morirnos, nos vemos en el Infierno”, se escucha en el narcorrap compuesto para ese niño sicario por El Comando Exclusivo. En Youtube, todos los días, unas 20 mil personas escuchan esas rimas.
En el segundo bando están raperos como Yibrán Bélico, quien conversa en exclusiva para MILENIO: fue cadete de la Policía Militar en Nuevo Laredo y ahora compone rimas desde Acapulco, Guerrero, a favor de marinos, militares, integrantes de la Guardia Nacional y policías estatales para una audiencia de más de 6 mil oyentes mensuales sólo en Spotify.
Sus rimas destilan su odio al crimen organizado y la iración al gobierno mexicano que los combate.
Vivir para odiar al narco
“Puros estatales, laborando bien alertas / En todo momento, reportando las frecuencias / La muerte torean, andan vuelta y vuelta / Bien empotrado, también traen el (rifle calibre) 50 / Los malandros corren al ver las camionetas / Si son alcanzados, ya saben lo que les espera / Chiricuazos (golpes en la nuca) y lo demás, ya no se les cuenta”, rapea Yibrán Bélico en su canción Los Estatales, con más de 45 mil reproducciones desde el año pasado… y creciendo.
Sus rimas, y las de otros raperos bélicos de su bando, harían felices a los integrantes del gabinete de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum: se trata de una generación de jóvenes que siente asco por los capos y que brinda respaldo total a quienes pelean contra los generadores de violencia.
“Estuve de cadete y me gustó ese ámbito: ver las unidades, los policías, me impresioné cuando vi pasar una blindada, un Sandcat, un Rino (vehículos de combate) y vi a un tipo bien táctico, traía ‘el cincuentón’ (un arma calibre 50) y los elementos bien respetados, bien equipados, eso me gustó”, cuenta Yibrán Bélico, quien para nuestra entrevista en videollamada se ha vestido con ropa táctica que le cubre el rostro.
En Nuevo Laredo, recuerda, el grupo de Los Escorpiones, una escisión del Cártel del Golfo, tenía –y tiene– sometida a gran parte de la población: balaceras, cobros de derecho de piso, toques de queda, secuestros al azar.
Cuando uno de los jefes de plaza morían, de inmediato aparecían corridos ensalzando su vida, pero cuando uno de los policías moría nadie le daba un homenaje. Así empezó su carrera musical.
“La mayoría le canta al crimen organizado, pero yo quise ser diferente porque un policía, un militar, un marino arriesga la vida y sus historias merecen ser contadas. Yo digo que por la apología al delito es que México está como está. Los morrillos actualmente escuchan corridos y se les está inculcando estar en el crimen organizado, matar, traer un ‘cuerno’, usar droga, y los niños piensan que quieren ser delincuentes”.
“Lo mío es lo contrario: es ser un policía, cuidar todo el país, velar por la seguridad de la ciudadanía. Eso es lo que yo doy a entender a través de mi música”, cuenta Yibrán Bélico.
Así como los criminales se acercan a los compositores y cantantes de narcocorridos para que les hagan una canción que glorifique su estatus en un cártel o alguna atrocidad, en el rap bélico los militares an a raperos para que cuenten sus proezas: una detención, una balacera, una orden de aprehensión ejecutada en territorios dominados por el crimen organizado.
“Luego me dicen ‘yo escucho tu música’, ‘tu canción me inspira en los combates’, ‘yo quiero ser militar, quiero ser marino, porque te escuché y quiero pelear por mi país’. Luego pasa un año y medio y me vuelven a ar. ‘¿Qué onda Yibrán? ¿Te acuerdas de mí? Soy Fulano y ya estoy dado de alta, ya soy militar, ya agarré a mi primer malandro, ¿me haces una rola?’. Y yo les digo que de volada, porque son héroes nacionales”.
Canciones refleja fuerza bruta
“De Guerrero, agentes a la orden del mando / Dándole en la madre al crimen organizado / Abatidos o detenidos, así trabajamos / Enchalecados, portando pasamontañas / En trocas blancas todas polarizadas / A la vuelta y vuelta cazando a las lacras”, rapea Yibrán Bélico en uno de sus éxitos, Agentes Ministeriales, dedicado a quienes trabajan en la fiscalía guerrerense, su estado.
Si los corridos tumbados tienen entre sus ídolos a Natanael Cano, Junior H o Fuerza Regida, el rap bélico también tiene a sus estrellas que cuentan con miles de seguidores, a veces tan jóvenes como 10 años, que en sus teléfonos descargan canciones con alusiones al honor militar, la disciplina de los marinos o el juramento de un policía.
Están, por ejemplo, Mr. Tyson, un rapero nacido en Matamoros, Tamaulipas, la cuna de Los Zetas, que es de los preferidos entre los soldados que patrullan brechas y caminos rurales donde nadie se atreve a ir.
También rapero matamorense, eDoble One Flow Letal hace rimas que destilan rechazo por el crimen organizado y iración por las Fuerzas Armadas. Juntos han acumulado una legión de chicos tamaulipecos que sueñan con detener o matar sicarios.
Ese es el problema que algunos ven con este género: algunos representantes del rap bélico que defienden al gobierno alientan la comisión de delitos en aras de aniquilar al crimen organizado. Son tan polos opuestos a los delincuentes que terminan coincidiendo, por ejemplo, con las ejecuciones extrajudiciales.
En las rimas del rap bélico hay quienes aplauden los cateos sin orden judicial o la tortura como un método para obtener información. Los más extremos exaltan la desaparición forzada o el fusilamiento de presuntos criminales como una estrategia para pacificar el país. La máxima de “matarlos en caliente”.
“Maña, aquí no duras nada / Los reventamos en corto detonando nuestras armas / Pura gente violenta son los míos, somos máquinas de guerra, el narco es nuestro enemigo / Cárteles mexicanos combatimos / Les tumbamos armamento y un chingo de fentanilo / Y así en los enfrentamientos me piden perdón / Pero perdón sólo se le pide a Dios”, está en Cárteles Mexicanos Combatimos de Yibrán Bélico.
Es común encontrar esas referencias en los más duros del género: arrodillar a los presuntos pistoleros y dispararles en la nuca, matar a supuestos vendedores de droga, dejar un reguero de cadáveres tras las marcas de llantas de vehículos militares. Por momentos, sus letras no son muy diferentes a los narcocorridos que hablan de fusilar rivales, emboscar a policías estatales o disolver cuerpos con ácido.
“Es que eso también representa una realidad de los policías y los militares. Ni modo que te estén tirando balazos y te digan ‘no, no les hagas nada, porque es un ser humano’. No, ni madres, si te dispara, tú dale, vete contra él, porque él mañana se va contra ti o una familia”.
“Los que hacemos este género lo estamos haciendo por nuestro país, para inculcar que no haya más niños en la delincuencia organizada, por la gente que lucha, que sepan que también hay jóvenes que los iramos”, resume Yibrán Bélico, vestido como sus ídolos que patrullan la peligrosa frontera chica de México.
RM
