Akira dejó su huella en la unidad canina de la Coordinación Municipal de Protección Civil y Bomberos del municipio de Zapopan. Alejandra Arriaga, oficial de Bomberos Zapopan, encargada de su adiestramiento mencionó las cualidades que tenía la cuadrúpeda.
"Era una perrita mucho muy sociable, es de las que más recuerdan que se dejaba apapachar, de hecho nos acompañaba a las escuelas y los niños siempre son muy efusivos o muy expresivos y Akira no tenía problema con la manera en que se expresaban los chiquitos", recuerda su cuidadora.
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¿Cómo llegó Akira a ser parte de los bomberos zapopanos?
Akira llegó hace nueve años por donación a la Base 2 de Protección Civil y Bomberos Zapopan, tras ser encontrada en la carretera a Colotlán, por lo que en su momento fue evaluada y al ver su potencial se incorporó a la unidad canina en la especialidad de búsqueda y detección de pirotecnia.
La perrita destacaba con su labor en los operativos decembrinos que se montan en los cruceros para la detección de pirotecnia y el retiro de estos peligrosos artefactos, función que desempeñó hasta hace año y medio en que se jubiló y fue adoptada por Alejandra Arriaga.
"Yo fui su entrenadora y desde que ella llegó creé un vínculo fuerte entre ella y yo, tuvimos mucha compatibilidad y fue por lo que decidí adoptarla", cuenta Alejandra.
¿Cómo fueron los últimos meses de vida de Akira?
Alejandra cuenta que después de su retiro, Akira comenzó a padecer de miomas, por lo que al no querer verla sufrir, tomó la difícil decisión de dormir a la perrita.
"Le hicieron estudios porque había sospechas de otros padecimientos, y al hacerle varios estudios los médicos se dieron cuenta de que ya era metastásica, entonces me comentaba el médico que no podíamos hacer mucho y la verdad es que yo no quería verla sufrir. Llegó el momento en que ya nada le apetecía entonces no quise que se me deteriorara mucho y por eso decidí dormirla", lamentó.
Alejandra se despidió de Akira el pasado 29 de mayo y hoy vive su duelo por la tristeza que representa perder a la que se convirtió en miembro de su familia.
"Claro que me dejó una huella muy grande, de hecho ella me enseñó mucho, me dio mucho amor y yo a ella y estuve con ella hasta sus últimos días. Quizá habrá quienes no entiendan, pero las personas que nos gustan los perros, podrán entenderme que se vuelven una compañía maravillosa, es una especie animal muy especial, tienen un propósito en este planeta y yo lo entendí perfectamente cuál era su propósito y me duele estando en casa me duele su ausencia porque era mi sombra", dice con tristeza.
Hoy no solo Alejandra, sino todos los elementos de Protección Civil y Bomberos Zapopan, la recuerdan con cariño porque fue una perrita muy profesional y amorosa.
OV