Los enemigos más mortales en la Guerra de Crimea no estaban entre las fuerzas del imperio ruso o del otomano, sino en el aire de los hospitales, donde cientos de soldados libraban una ‘segunda batalla’ contra infecciones como el cólera o la malaria.
Fue en aquel conflicto donde se remonta el origen de la enfermería: en específico, en la luz de la lámpara con la que Florence Nightingale se alumbraba en las noches mientras atendía a cada víctima de la insalubridad hospitalaria de la época.
De ese modo, las enfermeras se han convertido en una pieza fundamental para la atención hospitalaria. Pero en la actualidad ya no se trata sólo de atender una persona con miedo a las agujas o a un niño que se raspó la rodilla al caer de su bicicleta, ahora se enfrentan a otro calvario que no se encuentra precisamente dentro de los consultorios: la precarización laboral.
¿Cuánto ganan las enfermeras en México?
En una curiosa coincidencia, el 2020, cuando el mundo entró en pausa por el azote del Covid-19, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó aquel año como el “Año Internacional de los Profesionistas de la Enfermería y Pediatría”. Esto, mientras en México la Jefa Fabiana Zepeda se convertía en un símbolo de las enfermeras que “dejaban la vida en los hospitales” durante la lucha contra el coronavirus.
En entrevista con Milenio Televisión, la jefa Fabiana afirmó que la pandemia enalteció la labor de las también llamadas “guardianas de la salud” al darles la visibilidad y la voz que necesitaban: “Saben que somos parte de un Sistema de Salud y que la verdad aportamos mucho a la salud de la nación”, comentó.
¿Cómo incidió la pandemia en la labor de la enfermera?
Cifras del Sistema de istración de Recursos Humanos en Enfermería (SIARHE) arrojan que México cuenta con 340 mil 858 profesionales de la enfermería; de los cuales 278 mil 231 son mujeres y 62 mil 627 son hombres.
Y aunque la tasa de ocupación asciende al 97.4%, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que el 91% es subordinado y tan sólo el 1% es empleador; mientras el 5.5% labora por cuenta propia.
¿Pero qué pasa con los sueldos y cómo la labor de las “guardianas de la salud” son retribuidas más allá de los halagos y los premios? Según el Instituto, la enfermería es la carrera número 35 mejor pagada de México con un salario mensual promedio de 17 mil 831 pesos— aunque no especifican la institución, el cargo, la jornada laboral ni el nivel académico de la persona—.
En otro caso, para el “tabulador de sueldos para el personal base” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el salario dependerá de la preparación o jerarquía: la “auxiliar de enfermería general” es el puesto que menos percibe con 5 mil 925 pesos mensuales, lo cual es 400 pesos más que un salario mínimo (278.80 para 2025). En tanto el cargo de “enfermera jefa de piso” recibe 9 mil 934 pesos, correspondiente a un salario mínimo y medio.
Todas las categorías contempladas en el documento contemplan una jornada laboral de ocho horas. Sin embargo, la realidad en México tiene dos vertientes por las que esta remuneración puede percibirse como insuficiente: las funciones de algunas enfermeras en el hogar, donde adoptan el rol no remunerado de madre y cuidadora; y un vacío en el marco legal que provoca la “usurpación de funciones” y “abaratamiento” laboral.
Un marco legal "oscuro"
En 1925 se estableció un antecedente para la profesionalización de la enfermería en México, cuando 31 mujeres obtuvieron diplomas como enfermeras visitadoras, es decir, aquellas quienes visitaban los hogares para divulgar preceptos de la higiene prenatal y posnatal, así como de la higiene colectiva.
Pero no fue hasta el 2013, 88 años después, que entró en vigor la Norma Oficial Mexicana 019 para la Práctica de Enfermería en el Sistema Nacional de Salud (SNS), la cual precisa las responsabilidades que cada enfermero o enfermera asumirá de acuerdo a sus competencias y formaciones.
En sus normas se estipula que las actividades no serán limitativas para quienes ostenten un mayor grado académico, pero sí lo serán para grados menores. En otras palabras, y por poner un ejemplo, una profesional técnico de enfermería no estaría capacitada para realizar lo que la norma encomienda a otra con estudios de posgrado. Empero, esta última sí podría realizar lo de la profesional técnico.
Sin embargo, es en este punto donde surgen las inconsistencias que la doctora Virginia García de León, en entrevista con MILENIO, señaló como una parte del "panorama oscuro" de la enfermería en México.
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El quinto punto de la Norma desglosa las actividades a realizar según el grado de complejidad. Para ello, se consideran cinco escalafones:
- Personal no profesional: encomendado a las necesidades básicas de comodidad e higiene del paciente, así como cuidados de baja complejidad delegados y supervisados por personal técnico o profesional de enfermería.
- Profesionales técnicos de enfermería: cuidados de mediana complejidad, que los faculta para realizar acciones interdependientes.
- Técnicos especializados en enfermería: actividades independientes o interdependientes, así como cuidados de mediana complejidad toda vez que se haya valorado por el equipo de salud.
- Licenciados en enfermería: encargados del proceso de atención, desarrollar plan de intervenciones y actividades de mediana complejidad, predominantemente independientes.
- Enfermería con estudios de posgrado: desarrollar plan de intervenciones independientes que pueda valorar, ejecutar y evaluar proporcionando cuidados de alta complejidad.
La docente de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala explicó que la designación de responsabilidades busca prevenir riesgos para los procedimientos y estándares de seguridad, además de brindar protección a nivel legal tanto para el personal de enfermería, como del paciente.
No obstante, señaló que la realidad es diferente a lo que dicta el papel: “Existe hospitales donde se observa la mezcla entre enfermeras técnicas y con licenciatura y con pos técnicos y con posgrados”, lo cual, resaltó, se refleja en jornadas laborales excesivas, condiciones inadecuadas de trabajo y pagos injustos.
“Encontramos en hospitales públicos personal de enfermería con diferente formación, licenciadas y técnicas, desempeñando las mismas actividades y con un sueldo diferente (...) La descripción del cargo no está totalmente clara para este personal (el técnico) (...) Su aplicación no es la que se espera en la actualidad. Aún nos siguen debiendo”
Por supuesto, ni la licenciatura o el grado técnico define la calidad humana y profesional de cada enfermera. Sin embargo, el incumplimiento de la Norma repercute en los derechos laborales de una profesión que— pese a ser enaltecida en la época de pandemia— trabaja con salarios insuficientes, desplantes del personal de medicina, jornadas laborales extendidas y sin condiciones justas de trabajo que, a su vez, garanticen una buena atención al paciente.
ASG
