DOMINGA.– Tania Osiris Cabrera llegó a la cafetería cuando la tarde de mayo relumbra sobre Cuernavaca, vistiendo unos short de mezclilla, tenis y camiseta negra. La mitad de su fleco luce teñido de color arena. Esta joven millennial es la estratega en la lucha feminista por la despenalización del aborto en Morelos y coordina la Campaña Aborto Legal, que reúne a una decena de colectivas.
No la veía desde septiembre de 2023, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tomó la decisión histórica de despenalizar el aborto y ordenó a los congresos locales modificar sus códigos penales. Esta es la tercera entrevista que le hago en mes y medio; y para mi asombro es la primera vez que me habla de un repliegue táctico de su causa: “Me siento desgastada, cansada”. La aprobación está empantanada en el Congreso del Estado de Morelos.
Entonces, ignorábamos que el Congreso morelense convocaría a sesión de comisiones unidas el 4 de junio para votar el dictamen de la despenalización del aborto, pero la reunión fue a puerta cerrada y no informaron nada. Tania Osiris, previendo el desenlace, decidió no ir. Días antes, el 14 de mayo, Tabasco se sumó a las 23 entidades que aprobaron la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Faltan ocho estados, entre ellos, dos de los más conservadores: Querétaro y Guanajuato. En este último, hubo dos enfrentamientos legislativos épicos, el primero el 22 de mayo que terminó en empate de 18 votos; el segundo, el 5 de junio, que culminó en el rechazo de la despenalización por un voto de diferencia.

A Tania Osiris le asombra que primero se haya discutido la ILE en Guanajuato que en Morelos: “Es de pena ajena” para un estado aparentemente progresista. Pensó que con la renovación electoral de autoridades, su aprobación “pasaría como mantequilla”. Pero ocho meses después del arribo de la primera presidenta en México, Claudia Sheinbaum Pardo; de la primera gobernadora morelense, Margarita González Saravia, ambas partidarias del aborto seguro y militantes de Morena; y a nueve meses de la renovación del Congreso local, en el que su partido tiene la mayoría de escaños, la legislatura local se niega a legalizarlo.
“Nosotras lo podemos defender en las calles, las escuelas, dando información, pero quienes nos dan ese derecho son las y los legisladores”, expresó. Se refiere a que de los 20 escaños que tiene el Congreso, 10 son de Morena y cuatro de sus partidos aliados: (dos del Partido del Trabajo, uno de Nueva Alianza, uno del Partido Verde).
Explica su omisión: “Es fuerte el embudo que trae la derecha a nivel nacional e internacional y el poder que tiene la iglesia en nuestro estado”. Se refiere al Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y férreo adversario de la ILE. Señala que ha alentado marchas y jornadas de rezos en espacios públicos en su contra.
Y agrega: “Cuernavaca es de los pocos municipios en el que todavía gobierna el Partido Acción Nacional”. Su presidente municipal, José Luis Urióstegui, fue reelegido en su cargo.

Egresada de Letras Hispanas, Tania Osiris Cabrera detalla que el Congreso morelense no sólo se niega a acatar el ordenamiento de la SCJN, surgido de un amparo ganado por la asociación feminista Grupo en Información de Reproducción Elegida (GIRE). De igual modo, evade acatar el ordenamiento del juez del Noveno Distrito, Guillermo Amaro Correa, de suprimir del Código Penal estatal la criminalización de quienes abortan, surgido de otro amparo también ganado por GIRE en 2023. Además, el Congreso tiene en la congeladora una iniciativa que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos presentó en octubre de 2024.
–Lo que hace el Congreso es dar largas. Ponen fecha de sesión y no llega el quórum, no llega el quórum, no llega el quórum –dice y repite la feminista con un movimiento de su mano.
–¿Y la negligencia del Congreso cómo te hace sentir?
–Lo que siento es desgaste: he trabajado con la convicción de que se debe modificar la ley desde 2020, y por el al aborto desde hace 13, 15 años.
“¡Saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”

La segunda entrevista que le hice a Tania Osiris Cabrera fue el 22 de marzo, en un cafecito de la avenida Miguel Hidalgo, frente a la Catedral, cuando estaba llegando una caminata católica. Era el Jubileo de las familias, convocado por el obispo Castro. Pasaría frente a nosotras. “Me da un poco de miedo”, dijo mitad en serio, mitad en broma. Temía ser reconocida. Alrededor de 300 personas marcharon, entre ellas una señora que con la mano alzada mostraba un letrerito negro en el que se leía: “Reza por el fin del aborto, 40 días por la vida”.
Días antes, la marcha del 8M tomó la misma calle pero en dirección contraria, hacia la Plaza de Armas de la ciudad. Vi a Tania Osiris muy activa en las labores de logística, pues la Campaña Aborto Legal fue de las convocantes. Observé a muchas mamás de colonias populares asistir con sus niñas. Participaron cerca de 10 mil asistentes: “la más grande que hemos tenido”, dijo con orgullo.
Cuando la marcha pasó por la catedral, algunas morras radicales gritaron: “¡Saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”. Dentro del atrio, gente las miró recelosa a lo lejos, con las puertas de la herrería bien cerradas con cadenas.
La morelense observa que la vertiente antiabortista ha avanzado en Occidente luego de la irrupción del movimiento proaborto, la Ola Verde, que en México tuvo una expansión irable a partir de 2020. Dice que el caso de Estados Unidos es representativo. En 2022, la Suprema Corte revocó la sentencia Roe v. Wade, que estableció el derecho de la mujer a abortar, y regresó a los estados la facultad de legislarlo. Hoy está prohibido en 14 de 50 estados. Sin embargo, las istraciones de Joe Biden y Donald Trump recortaron financiamiento a organizaciones latinas que trabajan derechos sexuales y reproductivos, como el del aborto seguro.

Mientras tanto en México, el expresidente Andrés Manuel López Obrador quitó el financiamiento federal a organizaciones de la sociedad civil, afectando la labor que hacían en salud reproductiva y sexual. Tania Osiris pertenece a la colectiva Divulvadoras, que acompaña procesos de aborto y está conformada por la Campaña de Aborto Legal y la Red Violeta. Es coordinada por Leticia García junto con una docena de “acompañantas” o doulas –que acompañan a mujeres y personas gestantes y velan por sus intereses físicos o emocionales en un embarazo, un parto o un aborto–.
Leticia me dijo por teléfono que los recortes que realmente las impactaron fueron los de López Obrador. Ya no tienen subsidios para dar acompañamiento y la red se redujo drásticamente: “ahora sólo somos dos”.
Como en Morelos el aborto es ilegal, la Red Violeta lo ha desafiado al proveer lo que llaman “abortos seguros pero clandestinos”, procedimientos abortivos con fármacos recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Leticia explica que son autoprocurados, caseros, ambulatorios y antes eran gratuitos. Si bien la Red Violeta no cobra sus servicios, dice que proveían los medicamentos. Más ahora, quienes abortan deben adquirirlos a un costo promedio de mil pesos, pero mujeres y personas precarizadas no pueden pagarlos.

Tania Osiris señala que el Congreso es omiso ante la Interrupción Legal del Embarazo, pero quienes abortan siguen demandando sus servicios: “Se nos carga la mano a las activistas y cada vez hay menos recursos para nosotras o para realizar programas de avance en derechos y protección de derechos”, manifiesta. “Y el trabajo colectivo también se desgasta, las compañeras también se cansan. Porque tenemos que poner mucho de nuestro tiempo, de nuestro dinero, de nuestro esfuerzo y no obtenemos los resultados que buscamos”.
Tania Osiris Cabrera es artesana, su subsistencia la consigue haciendo joyería y piezas ornamentales de macramé con su propuesta artística llamada Creciente Macramé. Teje aretes sofisticados de distintos tamaños, colgadores para macetas, colguijes con cuarzos atrapados en redes trenzadas. Los vende por Instagram, algunas tiendas y en un puesto ambulante durante los fines de semana. Con lo que saca, que no es mucho, también debe financiar su activismo.
“Luego digo: ‘¿cómo me gasto tanto en gasolina?’. Pues claro, una temporada, iba dos, tres veces a la semana a correr al Congreso de Morelos. En cualquier momento debía estar preparada por si me llamaban, y pues que sí, ya tengo que comer algo, que si me tomo un café, que si el estacionamiento”.
La cuarta ola feminista nacional logró la despenalización del aborto

La conocí en la víspera del 28 de septiembre de 2023, Día de la Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible (28S). La primera entrevista que le hice fue en el restaurante Chavela Mx. La vi llegar impetuosa, con short, camiseta y botines negros y un aro en la nariz. “Tania Huracán Osiris”, recuerdo que pensé al constatar su brío. La millennial tenía 36 años, pertenece a la cuarta ola feminista que en 2019 y 2020 conmocionó a México al tomar las calles para exigir la erradicación de la violencia de género y el derecho al aborto inducido.
Es una estratega natural. Me narró entonces que en 2016 se fue de mochilazo tres años a recorrer América Latina, en Argentina atestiguó el estallamiento de su asombroso movimiento feminista en demanda de la legalización del aborto. Lo consiguió en 2020. Ahora, por cierto, el partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, presentó un proyecto de ley para derogarlo.
La activista aprendió del combativo feminismo argentino algunas de sus principales estrategias: la importancia de no quedarse sólo en la protesta, sino diversificar las vías de acción, tender puentes entre generaciones, crear alianzas locales y externas con incidencia social, política y legislativa y, sobre todo, hacer redes plurales y horizontales con otras colectivas feministas. Lo puso en práctica exitosamente en Cuernavaca creando la Campaña Aborto Legal.

Un año antes de que la conocí, en 2022, ella y las colectivas feministas realizaron una marcha inédita en Cuernavaca que movilizó a más de 600 asistentes que recorrieron el centro con mantas, banderas y cargando un lienzo verde trébol extendido y kilométrico. Hasta batucada llevaron. El año que la conocí, en 2023, Tania Osiris ideó el “Meneo abortero” en la Plaza de Armas, un evento de baile y música para desestigmatizar la ILE. Lució felíz, con los labios pintados color azul metálico, un top verde aterciopelado encima de una blusa negra transparente de manga larga, short de mezclilla y botines negros.
El ambiente era festivo. Estaba presente la nueva generación de acompañantas y de las colectivas de la Campaña Aborto Legal. Había motivos para festejar. Días antes, el 6 de septiembre, la cuarta ola feminista logró el hito histórico de que la SCJN despenalizara el aborto a nivel federal. Una antigua demanda de la agenda feminista desde los años setenta. Ahora los Congresos locales debían suprimir las sanciones de sus códigos penales que, entre otras, incluyen la cárcel. La SCJN también ordenó que los hospitales públicos no le negaran la ILE a ninguna mujer o persona con capacidad para embarazarse cuando lo solicitaran.
Las colectivas feministas del país libraron una guerra para que los Congresos de sus estados modificaran los códigos penales. La ILE fue avanzando en México, hasta llegar a los 24 estados, pero en Morelos se hizo pantano.
El repliegue de lucha por la Interrupción Legal del Embarazo

Tania Osiris Cabrera, esa tarde soleada de mayo, recapituló en todas las tácticas que ha impulsado, junto con su frente de lucha, para materializar la despenalización del aborto en Morelos: performances, protestas culturales, marchas, mítines callejeros informativos, reuniones con la Secretaría de las Mujeres, pláticas informativas en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y con otras organizaciones, y las mesas de trabajo con representantes de distintos partidos en el Congreso.
El 28 de febrero, a través de la Campaña Aborto Legal, convocó al foro “Rumbo a la autonomía de nuestros cuerpos: Un espacio de diálogo y comunidad”, realizado en el salón de comisiones del Congreso. “Hacemos 30 reuniones y no logramos que ninguna de las personas que visitamos nos ayude”, lamenta. “Entonces es como estar en un pantano”, describió. Y pensé: “un huracán en un pantano”, qué desgastante.
Por esa razón, Tania Osiris dice que cambiarán la estrategia. Valoraron que si al inicio de la nueva legislatura no lograban concretar la Interrupción Legal del Embarazo, sería inútil insistir durante el resto del periodo, en el que los partidos impulsan sus propias agendas. Tendrán que hacer un receso, esperar a la siguiente oportunidad hasta el cierre de la legislatura, tres años después. Mucho tiempo intermedio, confiesa.
“Tengo conciencia de que no es lo único que se necesita y que, a pesar de que se pase la ley, sigue mucho trabajo y es igual al que realizamos ahorita, desgastante, que implica recursos económicos, de tiempo, recursos personales”.

Por ahora se enfocarán en el As que tienen a resguardo: si el Congreso de Morelos les niega la ILE, le arrebatarán ese derecho a partir de los dos amparos que ya ganaron. En junio de 2023 obtuvieron uno, con el apoyo de la organización Abortistas Mx, para que 48 mujeres no sean penalizadas en Morelos si tienen necesidad de abortar: “lo atrajo la SCJN y resolverá si le da efectos generales; de ser así, no se despenalizaría el aborto en Morelos, pero significaría que las mujeres y las personas con capacidad de gestar ya no pueden ser criminalizadas si abortan, a pesar de que el aborto siga en el Código Penal”.
Otro amparo lo dieron a conocer en abril de 2025: lo obtuvo la ginecóloga Sharon de Uriarte, por lo que puede hacer procedimientos de aborto inducido en Morelos sin que ella o sus pacientes sufran penalizaciones.

Tania Osiris Cabrera dice que se dará una pausa para pensar el cambio de rumbo que seguirá en su activismo. Lleva la entrevista hacia una disertación íntima. Se pregunta por qué ha sido tan intensa su vida como activista:
–¿Por qué toda la rebeldía? ¿Por qué estar en contra de la injusticia? ¿Por qué es tan importante para mí que las causas cambien a gran escala, no sólo en mi contexto cercano? Después de tanto tiempo y tanto cansancio, la esperanza de tener un mejor mundo continúa, y de poder ser lo que yo quiero ser.
–¿Y qué quieres ser?
–Una persona que pueda decidir. Una persona libre, una mujer que no esté atada a todos los estereotipos de lo que debe ser la feminidad, no sólo de forma externa, sino con construcciones internas con las que fui criada. Qué puedes hacer y qué no hacer, cómo tienes que vivir la relación de pareja, casarse, tener hijos.
“Y digo, igual sólo podría vivirlo y no estar buscando que haya una ley para la despenalización del aborto –ríe–. Pero también tiene que ver la expresión de la sexualidad, de buscar prácticas sexuales seguras, saludables y plenas, porque la criminalización del aborto es el castigo de disfrutar la sexualidad”.

La feminista termina de forma abrupta la entrevista en la cafetería. “Me tengo que ir, tengo una actividad”, se va veloz. Esta vez no lleva como destino el Congreso, sino su clase de artes circenses de manejo del aro. Por WhatsApp concluí la entrevista. Le pregunté si se consideraba una estratega. “Sí soy estratégica, la estrategia es una cualidad creativa para subvertir el sistema y la situación en la que vivimos”, escribió.
Una necesaria pausa creativa. Tania Huracán Osiris Cabrera siendo estratégica consigo misma para salir del pantano.
Lo que no sabíamos entonces, es que el 28 de mayo, Abortistas Mx ganaría el amparo promovido por 48 mujeres de Morelos, que atrajo la SCJN. Ordena a las instituciones de salud estatales para que realicen las gestiones requeridas y el Congreso morelense modifique el Código Penal para asegurar la atención de aborto voluntario a las mujeres y personas con capacidad de gestar que lo soliciten en el estado.
También desconocíamos que ese martes 4 de junio, representantes de la Comisión de Puntos Constitucionales y de Salud, después de tres convocatorias previas canceladas por falta de quorum, aprobaron atender la órden del Juez Noveno de Distrito de suprimir el delito de aborto consentido del Código Penal en Morelos. En las siguientes semanas, se prevé sea votado en el pleno.
GSC/ATJ