Sociedad

Jesús Ramírez Escobar, psicólogo: "Cómo saber si los hijos tienen o no una relación tóxica"

Procurar la individualidad, pero sin negar los lazos familiares: ese es el gran reto de la crianza de hermanos y hermanas.

Varias son las historias que han retratado las rivalidades entre los hermanos y las hermanas: desde Caín y Abel en la Biblia, hasta los descendientes de Lady Di, William y Harry, o incluso del clan Kardashian.

La caótica relación entre las hermanas Jenner y Kardashian quedó evidenciada a lo largo de las 20 temporadas del programa Keeping Up with the Kardashians. Contrario a los príncipes de Inglaterra, cuya hermandad estuvo condenada a una complicada relación— al menos frente a la prensa— por tratarse del primogénito y heredero de la corona del Reino Unido, y el segundo que sólo pudo aspirar al título de “Duque de Sussex”.

Y en lo más extremo están los primeros hijos de Adán y Eva, donde, de acuerdo a la Sagrada Escritura, los celos y la envidia llevaron a Caín a ser el protagonista del primer asesinato de la historia del hombre y a Abel la víctima.

Así, con sus matices y excepciones, las tres historias nos recuerdan que las hermandades no son normales sin conflictos de por medio. Y por esa misma razón, también representan una relación compleja en la que, a veces, el “amor de hermanos” queda corto o completamente relegado.

Kim Kardashian y sus hermanas (Twitter).
La familia Jenner-Kardashian está conformada de las hermanas Kourtney, Kim, Khloé, Kendall, Kylie y un hermano, Rob| Twitter

¿Es normal no querer a mi hermano?

“Lo que no es normal es esperar que se lleven bien todo el tiempo”, explicó el psicólogo Jesús Ramírez Escobar. Esto debido a que el origen del vínculo entre hermanos y hermanas no es otra cosa más que una cuestión de destino familiar. O como explicó a MILENIO: “Los hermanos no se eligen. Más bien se heredan”.

Por ende, el cariño y el amor debe consolidarse con el paso del tiempo. Sin embargo, al compartir una misma dinámica amorosa-afectiva (la familia), surgen factores que pueden colocarlos, voluntaria o involuntariamente, en lugares de competencia: la edad, el género, la conformación de la familia, el lugar que llegan a ocupar— el primogénito, el menor o el de en medio—, su personalidad y hasta el estilo de crianza dentro del hogar.

O sea, es (casi) imposible evitar que surja algún tipo de rivalidad en la hermandad. Sin embargo, el reto está en evitar que este tipo de convivencia escale hasta el odio o resentimiento.

No hay favoritismo, sólo crianzas diferentes

La manera en cómo las rivalidades configuran la hermandad está fuertemente influenciada por la mediación de la parte adulta, así como y el estilo de crianza; el cual tiene que ser equitativo, más no igualitario.

O en otras palabras, toda corrección, trato y forma de comunicación debe realizarse de acuerdo a las necesidades y personalidad de cada niño o niña, antes que a la idea utópica de que deben ser “tratados por igual”.

La crianza de las y los hermanos debe ser diferenciada, adecuándose a las necesidades y personalidad de cada infante | Cuartoscuro
La crianza de las y los hermanos debe ser diferenciada, adecuándose a las necesidades y personalidad de cada infante | Cuartoscuro

Aunque este tipo de "educación diferenciada” puede sembrar los primeros sentimientos de celos, frustración o enfado en la niña o el niño, será clave para su desarrollo de habilidades como: la negociación, la empatía, el perdón, la defensa de lo propio, el respeto a las dinámicas de convivencia e incluso el manejo de la frustración.

“Todo eso puede ser positivo a la hora de tener una compañía durante el crecimiento. (...) Pero a veces no se da y se cría en automático con la idea de que a todos se les va a brindar por igual”, subrayó el experto en psicoterapia.

De igual manera, la crianza también puede estar sujeta a la situación financiera y social que la familia atraviese.

A modo de ejemplo, Ramírez Escobar mencionó los casos de hermanas mayores que se convierten en “sustitutos de adultos” al encomendarles la protección y el cuidado de los menores; el cliché de que la hermana menor queda exenta de responsabilidades “porque es la chiquita" o "porque no sabe"; o el “efecto sándwich” que sufren los de en medio: “Han tenido que aprender a compartir de lo que viene del de arriba y apoyar el de abajo. Entonces hay una cierta dificultad de la individualización. Es decir, ‘¿Quién soy yo?’”.

¿Cómo saber si tengo una relación tóxica con mi hermano o hermana?

La imagen de Harry y Williams como los inseparables hijos de Lady Di quedó en el recuerdo: la separación del ex duque de Sussex de la realeza y sus polémicas entrevistas han tensado la relación con su hermano mayor y próximo heredero del trono de Inglaterra.

Y pese a los intentos por volver a tender puentes entre ambos, como la develación de una escultura de su madrela distancia es evidente.

Harry, Diana y William.
Poco queda de la inseparable relación entre los jóvenes príncipes | Especial

Pero “a veces la distancia es necesaria para el proceso”, especialmente durante la adolescencia; etapa donde están en búsqueda de su identidad, gustos y necesidades propias. Mismo caso en la adultez, sólo que la separación es mayormente motivada por las nuevas conformaciones familiares, por ejemplo cuando los abuelos fallecieron y ya no hay “razón aparente” para volverse a juntar.

La clave para “sobrevivir” a dicho proceso es que no haya una negación o rechazo del vínculo familiar, sino la intención de fortalecer la individualización. De no ser así, existe el riesgo de acumular resentimiento y, con ello, de llegar a conductas que rompen los límites de una rivalidad saludable.

El dato...

Las red flags de la hermandad

El psicólogo mencionó que las peleas, agresiones físicas y humillaciones son los actos más “descarados de la violencia” entre hermanos. Asimismo, diversos portales consideran como una actitud de riesgo cuando hay manipulación de por medio, se evita la responsabilidad, culpabiliza, pone a la familia en contra, no tiene remordimientos y genera emociones negativas.

La violencia entre los hermanos Liam y Noel Gallagher llevó al fin de una de las bandas más icónicas de principios de los 90: Oasis.

Según los relatos, la semilla de la discordia se sembró en el show de Los Ángeles de 1994 cuando el joven Liam, quien estaba bajo los efectos del alcohol, comenzó a insultar a la banda y arrojó un pandero a su hermano. A partir de entonces se formó un círculo vicioso de peleas sin reconciliación que orillaron a Noel a abandonar la banda en 2009.

El caso delos hermanos más polémicos del rock  deja en claro que en la hermandad también se forjan oponentes. Pero si no hay contrapeso a las rivalidades— o, incluso, si se fuerza el cariño—, será inminente la ruptura entre quienes el especialista señaló como “testigos por naturaleza de nuestra propia historia”.

“Son personajes fundamentales de nuestra infancia, de nuestra historia de vida y también van modulando nuestra forma de relacionarnos, amar, discutir, poner límites y estar con los demás”.

​ASG

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Alejandra Sigala
  • Alejandra Sigala
  • Egresada de la UNAM. Te explico las tendencias en redes sociales y los temas que despiertan tu curiosidad en el día a día. Escucho, amo y a veces escribo sobre K-Pop. Me encanta bailar y los gatos.
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