Este 30 de abril, Día del Niño, no sólo sirve para celebrar, sino también, para visibilizar los casos de maltrato infantil que aún afectan a muchos de ellos en el país. Tal fue el caso de una menor que murió en 2023 tras ser golpeada por su madrastra. Aquí te presentamos su historia.
La menor de cuatro años entró al área de urgencias de la Clínica 36 del Seguro Social, en la ciudad de Pachuca. Ahí la llevó su madrastra en brazos aquel 20 de mayo del 2023. Según ella, la niña se había caído de la cama y pegado en la cabeza.
Maltrato infantil
En el área de choque de la Clínica la entubaron, al despojarla de la ropa tenía múltiples lesiones en la cabeza y las extremidades pélvicas, le istraron adrenalina, trataron de reanimarla cerca de 40 minutos, pero fue en vano, murió en la camilla. El diagnóstico médico fue maltrato infantil.
De acuerdo con sus vecinos la mujer maltrataba a la niña, le pegaba, le gritaba, la hacía lavar su ropa, la bañaba en el lavadero con agua fría y todos los días la escuchaban llorar. Golpeaba su cuerpo con la hebilla de un cinturón.
Una de las vecinas que miraba el maltrato hacia la niña, le preguntó que porqué la trataba así, que si no sabía que eso era un delito y la mujer le dijo que así había crecido ella, en un ambiente de violencia a causa de su padre.
La niña nació el 9 de mayo del 2019, su padre era un militar de 21 años, su madre una adolescente de apenas 15 años. La pareja se separó y la bebé se quedó al cuidado del padre, éste se juntó con otra mujer que se hizo responsable de la niña a partir de diciembre de 2021. Ahí comenzó su calvario.
La madrastra tenía ya dos hijos de otra pareja y se hizo cargo de la niña del militar, quien por su trabajo estaba comisionado en otro estado del país y solo veía a su hija en contados momentos y por videollamada.
En una ocasión una de las vecinas vio a la niña con la frente abierta, tenía una herida, le preguntó qué le había pasado y respondió que su madrastra le había pegado. En otra ocasión tenía el ojo izquierdo morado, le habían dado un golpe.
La madrastra tenía 25 años, era ama de casa, estudió solo la secundaria. Según la versión de sus dos hijos de cuatro y siete años de edad estaban jugando en el cuarto cuando la niña subió a la cama y cayó boca abajo.
El padre se enteró de la muerte de su hija por una llamada telefónica de la madrastra. Entró en shock tras la noticia. Se trasladó del estado en el que se encontraba a la capital hidalguense.
La necropsia de la niña se realizó en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Pachuca por el médico a cargo en compañía de un perito fotógrafo y una integrante de la Fiscalía de Género de la Procuraduría.
Su cuerpo tenía cicatrices, lesiones, raspones, moretones, marcas en forma de U en la espalda, el pulmón derecho tenía una contusión, el ventrículo izquierdo del corazón también tenía una contusión, en el hígado un infiltrado hemático. En su piel había tres coloraciones: violáceo, azul y verdoso por los golpes, tenía moretones en la cara, en las extremidades y la región genital.
La necropsia concluyó que la niña falleció por laceración hepática secundaria a traumatismo cerrado de abdomen. Recibió un fuerte golpe en el hígado que lo rompió y lo laceró. En su cuerpo se encontraron hallazgos clínicos de violencia sexual. El estudio dejó en claro en una línea en mayúsculas que no era posible que su muerte se hubiera generado por la caída de la cama.
El padre reconoció el cuerpo de su hija en el Semefo junto a la madre de la niña. Ahí le dijeron que la menor había sido golpeada, que tenía los órganos internos destruidos y que también presentaba violación.
Sentencia por feminicidio
El nombre de la niña, la madrastra y su padre quedaron reservados en la Causa Penal 124/2024. La madrastra fue absuelta por el delito de violación y sentenciada a 37 años y seis meses de prisión por el feminicidio de la menor. Su padre recuerda a su hija como una niña sana, que siempre jugaba, se la pasaba riendo y gritaba.
Cuando la madrastra llevó a la niña a la Clínica 36 del Seguro Social su versión fue que se había caído de la cama. En el momento en el que la doctora le dijo a la mujer que la niña había muerto no lloró ni se conmovió.