En la adolescencia, existen cambios físicos y psicológicos que afectan en la percepción sí mismos, lo que hace que haya ciertos riesgos, especialmente en situaciones relacionadas al aspecto físico. Por ello, es que los expertos piden observarlos y detectar si su conducta ha cambiado respecto a la comida y su relación, de modo que puedan atenderse lo más pronto posible.
Kim Sahori Nájera Rodríguez, máster en Nutrición Clínica y fundadora del Colegio de Nutriólogos de La Laguna, define los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) es una alteración psicológica que altera la relación de la persona que lo padece con la comida, el cuerpo y el peso, manifestándose comúnmente con la restricción de los alimentos, atracones, purgas o exceso de actividad física, cosas que tienen un efecto negativo a la salud física y al bienestar emocional.
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“Los TCA pueden afectar a cualquier persona, pero principalmente impacta en adolescentes, adultos jóvenes y especialmente mujeres. Se estima que al menos el 25 por ciento de los adolescentes en el mundo pueden presentar un problema alimentario”, declara Kim Sahori.
Menciona que, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2022, reportó que, en el país, el 1.6 por ciento de los adolescentes tienen riesgo de presentar un trastorno de la conducta alimenticia, el cual se da más en mujeres con el 2 por ciento y en hombres es 1.2.
¿Cuáles son los síntomas de un TCA?
A pesar de que la sintomatología puede variar de acuerdo al tipo de trastorno que se tenga, pero de manera general, Nájera Rodríguez indica que muchos presentan obsesión con el peso corporal, con la figura, el aspecto en el espejo y el conteo de calorías. Otra señal son los cambios drásticos de peso corporal, o que eviten alimentarse en público, al igual que rituales de alimentación fuera de lo convencional.
También se puede considerar un síntoma de la presencia de un TCA la actividad física en exceso, episodios de atracones y que pueden tener conductas purgativas, que es cuando se inducen el vómito o el uso de laxantes. También menciona que se da mucho en estos casos en estos casos es el aislamiento social o cambios drásticos en el humor.
Algunos de los padecimientos que pueden tener son anorexia nerviosa, bulimia, inhibición del apetito, vigorexia, trastorno por atracón, entre otros.
¿Cómo ayudar?
“Una de las claves para combatir un trastorno de este tipo es el acompañamiento del círculo cercano: no juzgar directamente, ni hacer comentarios hacia el cuerpo de la persona o al propio, los hábitos o los estilos de alimentación, porque es muy común que se hagan estas conversaciones. Hay que escuchar con empatía y se ofrezca la ayuda profesional, mantener comunicación con la persona y mantenerse informados sobre lo que esta persona padece”.
Concluye recordando que un TCA es una situación seria, que se debe tomar con mucho profesionalismo y cuidado entre el círculo de apoyo, y que además son tratables en la mayoría de los casos al tener un tratamiento multidisciplinario, con psicólogo, psiquiatra y nutriólogo expertos en esa área.
“Es importante que se empiecen a crear ambientes libres de prejuicios con respecto al cuerpo, promover una alimentación saludable, nutritiva, balanceada y que motive a tener un bienestar integral, aprendiendo a que todo tiene un balance para nutrir el cuerpo, no solo se trata del peso o de lo que esté de moda”.
