La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) finalmente anunció que levantará el plantón que sostenía desde hace varias semanas en el Zócalo y sus alrededores. Aunque ya se van, los trabajadores magisteriales amenazan con continuar con sus movilizaciones y con presionar a la Presidenta adonde quiera que vaya.
La presencia y movilizaciones de la CNTE provocaron caos y molestias en la CdMx. El cierre de avenidas importantes como Circuito Interior y Reforma o la toma del Aeropuerto produjeron pérdidas económicas importantes y afectaciones a miles de personas. Como lo referí en otra columna, la prolongada presencia de la CNTE en la ciudad ya era sospechosa porque se mantuvo incluso después del anuncio oficial de aumentos significativos al salario y a las prestaciones de los trabajadores de la educación.
Ahora bien, ¿qué buscaba la CNTE y en qué consistían sus principales demandas? Si uno escuchaba a la militancia, había un sinfín de demandas de todo tipo, desde temas salariales hasta la reforma al mecanismo de y promoción a la carrera magisterial. Las principales demandas económicas, sin embargo, tenían que ver con las pensiones. En concreto, pedían la derogación de la reforma al Issste de 2007, así como la eliminación de la Unidad de Medida de Actualización (UMA) para ajustar sus pensiones y su sustitución por el salario mínimo como mecanismo de ajuste anual. Al primer punto ya se ha referido la Presidenta, quien ha señalado la imposibilidad económica de regresar al viejo esquema pensionario. Por ello, me concentro en el tema de la UMA.
La UMA se creó a principios de 2016 y se utilizó para sustituir al mecanismo de ajuste en precios y tarifas vinculados al salario mínimo. Como se recordará, durante los últimos años del periodo neoliberal, el salario mínimo se mantuvo prácticamente constante en términos reales, ya que este solo aumentaba al ritmo de la inflación. Por ello, expresar precios y tarifas en función del salario mínimo era equivalente a mantener dichos precios constantes en términos reales.
Esta vinculación imposibilitaba cualquier aumento real al salario mínimo: si este aumentaba, con él aumentarían muchos otros precios y tarifas en la economía, lo que provocaría mayor inflación. Por eso fue necesario crear la UMA, para que esta cumpliera el papel que hasta entonces cumplía el salario mínimo. Esto, a su vez, permitiría aumentar al salario mínimo real sin provocar inflación. En otras palabras, la creación de la UMA fue un paso indispensable y crucial para lograr el aumento al salario mínimo real en años recientes.
Así, lo que pide la CNTE es regresar al viejo esquema, en el que se vinculan otros precios e ingresos al salario mínimo, lo que imposibilitaría aumentar el salario mínimo por dos razones: por las posibles presiones inflacionarias y por el enorme costo fiscal que esto implicaría. Por lo mismo, si la CNTE lograra lo que pide, obtendría una victoria pírrica. Sus pensiones subirían al ritmo del salario mínimo, pero este ya no podría aumentar en términos reales, lo que terminaría afectando a millones de trabajadores de bajos ingresos. La petición de la CNTE es, en ese sentido, egoísta y miope con la clase trabajadora.