No, la cola no mueve al perro.
Pero se niegan a aceptarlo.
Florestán
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum tiene una serie de conflictos con el de Estados Unidos que ha llevado al peor momento de su joven gestión en esta siempre difícil vecindad:
1. El tráfico de drogas, en particular el del letal fentanilo, legado de López Obrador, que siempre negó esa realidad.
2. La intervención de agencias estadunidenses en México, marcadamente la DEA.
3. La reforma judicial, como expresó el entonces embajador Ken Salazar, lo que llevó a AMLO a declarar pausadas las relaciones con su gobierno.
4. El cierre de fronteras al ganado mexicano y el gusano barrenador por las ocurrencias de su antecesor.
5. China. Las crecientes inversiones de aquel país en México y el disparo de sus exportaciones que rondan los 200 mil millones de dólares.
6. La revisión del T-MEC y los aranceles, que solo en el caso del aluminio y el acero Trump los elevó de un ya disparado 25 por ciento al insostenible 50 por ciento.
7. El impuesto de 5 por ciento a las remesas de los mexicanos, que en 2024 rebasaron los 64 mil millones de dólares.
Y hoy se agrava la crisis histórica de la migración, en medio de la convulsión por las redadas en Los Ángeles, que tras cuatro días de disturbios se convierte en tema central en este momento por la gravedad del caso interno, es la primera vez en sesenta años que un presidente de Estados Unidos dispone de la Guardia Nacional, su relación con México y el hecho de que los duros de Trump la estén señalando como su promotora tras su declaración del pasado día 24 en Villa Hidalgo, San Luis Potosí, cuando al rechazar el impuesto a las remesas habló de movilizaciones, como si en verdad tuviera esa capacidad de levantar a miles de paisanos en Estados Unidos, violencia que ella misma desestimó desde el sábado al condenar la violencia allá.
Este es el momento más delicado en su relación con Trump y el mayor reto en lo que va de su gobierno, lo que solo ella puede resolver, pero a ver cómo.
RETALES
1. ENCUENTRO. Sheinbaum confirmó ayer su asistencia a la cumbre del G7 el domingo en Alberta, Canadá. Una decisión inteligente. Allí tendrá su primer cara a cara con Trump, conocido por las trampas que ha puesto a sus invitados al Salón Oval. El G7 es otro escenario, pero es el mismo Trump. Hay, sí, un riesgo, pero debe tomarlo y ganarlo;
2. ADORNO. Fernández Noroña presumió en sus redes que el embajador Ronald Johnson lo iba a visitar el viernes en su oficina del Senado, cuando el jueves le canceló y ya se quedó callado el bocazas; y
3. ANDY. El hijo de López Obrador, de casi 40 años, tuvo su primer trabajo en septiembre del año pasado, cuando su padre lo nombró el poderoso secretario de Organización de Morena. Y quiere que su propaganda de 2030 sea: Vota por Andrés Manuel, no por Andy, su verdadero yo del que ahora rehúye.
Nos vemos mañana, pero en privado