La experiencia de envejecer

  • Para Reflexionar
  • La experiencia de envejecer
  • Luis Rey Delgado García

La vida trae consigo el inexorable paso del tiempo, crecer, sin embargo, parece que duele. 

Tememos la llegada de la vejez, demasiado asociada a enfermedad, deterioro, soledad. ¿Estamos preparados para envejecer? 

Nadie está preparado para nada, todos tenemos que aprender a tolerar el paso del tiempo, tiempo que viene asociado a la palabra muerte. 

Tanto jóvenes como viejos estamos igual de cerca o lejos de la muerte. 

A todos, algún día, nos llegará la hora, mientras tanto hay que intentar vivir con intensidad.

La vida de cada uno depende de sus propios pensamientos y deseos, nada de suerte o casualidad. 

Llegar a mayores para estar en un asilo, maltratados, o en casa de un familiar, como un inútil, depende de lo que nosotros hayamos hecho para conseguirlo. 

Cada uno tiene que aprender a ocuparse de su vejez.

Es mejor que cada uno se ocupe de sus cosas, una vejez sin dinero no puede ser buena. 

Con dinero podemos comprar servicios y calidad de vida, para no depender de nuestros hijos. Desde jóvenes podemos cuidar nuestros deseos para permitirnos una vida menos sufriente.

En la vejez no son las neuronas las que se deterioran, son las relaciones sociales. 

Justamente una vez que uno se jubila pierde un montón de relaciones. 

Tristemente, la sociedad tal y como está planteada, nos trae una vejez marginal, donde se nos va apartando de lugares, amores, amistades.

No todos llegaremos a viejos, sin embargo, un joven puede sentirse más viejo que alguien que le doble en la edad. 

La vejez es lo de menos, tratar de ocultar el paso de los años es la única vejez. Vemos personas obsesionadas por su aspecto físico, por ocultar sus arrugas, por vestir de forma juvenil, con la intención de permanecer en un tiempo de su vida. 

Sin embargo, por mucho que queramos escapar de ello, no vamos a poder. 

Hay que conquistar los años con dignidad, lo que no quiere decir que no tengamos que cuidar el cuerpo que tenemos, sabiendo que cada arruga forma parte de nuestro ser.

Otras personas, más resignadas, sólo hablan de sus dolores, padecimientos, pérdidas. 

El envejecimiento es, entonces, sentirse viejo, caduco, inservible. 

No tener deseos es lo que nos conduce irremediablemente a la muerte y ser mayor no significa “no desear”, significa tener deseos diferentes, nuevos.

Siempre vale la pena aprender una nueva disciplina, ya sea aprender a pintar, a tocar el piano, fotografía, literatura, comenzar una carrera universitaria… porque más allá de terminarla o no, lo que interesa es la dimensión que le da a una persona ser aprendiz en algo, la energía que se genera y los deseos.

“La vejez comienza cuando los recuerdos son más que los proyectos”.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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