De niños no conocemos barreras y todavía no aprendemos sobre limitaciones del mundo físico. Nos comportamos como parte de la naturaleza, queremos correr con el viento, nadar con los peces y volar con las aves. Esto es natural para un niño, hasta que comienzan los "No", "No Puedes", "Eso No se hace", "No lo toques", etc.
Cada vez que se le dice "No" le resta a esa criatura, que recién comienza a descubrir el mundo, un poco de esa libertad natural; y poco a poco, día a día se van uniendo a esa pérdida de libertad una pérdida de seguridad y confianza en sí mismo. A consecuencia del "No" terminan sintiéndose menos. Un niño que sentía que podía correr con el viento, ahora teme apurar el paso porque "se puede caer". O si lo hace a escondidas, entonces teme que "lo puedan ver" y regañar. Comienza un proceso que lo vuelve sensible a la opinión de los demás y lo condiciona a buscar la aprobación.
Debe educarse a los niños en cuanto a límites, solo que el condicionamiento del "No" puede ser reemplazado por un "Si" que ofrece opciones y permite crecer.
Por ejemplo, imagine que mientras usted trabaja en la computadora el niño comienza a golpear las teclas; en vez de decirle "No", tenemos la opción de decirle: "Si", si presionas las teclas de esta manera escribes letras en la pantalla y "Si" presionas estas seguidas puedes escribir tu nombre.
Esto crea una diferencia. Como resultado ya sabe para qué sirve la computadora y podrá explorar a ver que más encuentra. Solo que ahora lo hará sintiendo que puede y que cuenta con apoyo.
Uno de los mayores miedos es el de la opinión de los demás. Es un condicionamiento que nos hace creer que necesitamos la aprobación de los demás para sentirnos completos. La sociedad y la cultura tienen que ver con este condicionamiento, tendemos a vestirnos y expresarnos de cierta manera, porque es lo "aceptable" y nos inhibimos de hacerlo de manera diferente porque seríamos censurados.
Ojo, no se trata de eliminar las normas sociales, sino de reconocer su influencia en nuestro comportamiento. El detalle está en que esos condicionamientos existen en nuestra mente y matizan nuestro comportamiento porque en algún momento elegimos permitirles hacerlo.
¿Qué hacer entonces?, simple, ¡Elegir!, elegir qué queremos hacer, estamos bien con esos condicionamientos o queremos cambiarlos. Las más grandes obras en la vida parten de una simple decisión.
Somos libres para crear la realidad que deseamos y compartir los beneficios con las personas que nos son significativas.
