Tiempo para la familia

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  • Luis Rey Delgado García

La familia y el trabajo constituyen dos ejes organizadores de la vida cotidiana, dos mundos que se funden en el contexto de interacciones sociales, económicas y políticas. 

Las interacciones de la familia y el trabajo implican una multiplicidad de arreglos familiares y adecuaciones de las organizaciones redefiniendo roles, estructuras y jornadas, el surgimiento de nuevos procesos. 

Uno de los más grandes desafíos de trabajar y criar a una familia es tener tiempo y sentirse bien por el trabajo y la familia. 

No es fácil hacer juegos malabares con tres ocupaciones al mismo tiempo: trabajador(a), esposo(a) y padre/madre.

Los hogares son relaciones sociales que operan sobre la demanda de bienes y servicios, la fuerza de trabajo y las relaciones de la vida cotidiana, no quedan al margen de la economía, ni de las crisis recesivas que sufre la economía. 

Los efectos del contexto económico sobre el ámbito familiar generan como respuesta un componente importante de desgaste y estrés que afecta su desarrollo humano.

En nuestras familias de hoy, más que nunca hemos comprendido la necesidad de trabajar en equipo en las tareas familiares. 

Este trabajo de equipo debe de involucrar a todos, adultos, jóvenes y niños, seleccionando las tareas de acuerdo a las habilidades de cada uno.

Como una organización dinámica y para la buena disposición de los de la familia, habrá que rolar las responsabilidades, a nadie le gusta hacer la tarea más desagradable todo el tiempo, pero si todos toman turnos será mucho más fácil. 

Por otro lado la demanda de equilibrio entre trabajo y familia ha forzado a las organizaciones a mantener jornadas más amables, tiempos de vacaciones, para que los colaboradores puedan compartir tiempo de calidad con sus propias familias

El uso de algunos valiosos momentos, junto a su familia son difíciles de conseguir cuando se tienen largas jornadas de trabajo. 

Los momentos que podemos compartir deben ser de atención que merecen nuestros niños y/o familia. 

Debemos ser celosos del tiempo que compartimos como familia. 

Venir del trabajo o de la escuela al final del día puede ser "una noche que empiece con un saludo cariñoso" y que continúe con terminar las tareas escolares o domésticas.

Hay que pensar en la familia, en cada uno de los nuestros. 

Que sepan que son queridos e importantes. 

Incluso Hablar con la familia por teléfono durante el día, a la hora de su descanso o del almuerzo y hacerles saber que pensamos en ellos. 

Si nuestras relaciones familiares se entorpecen por el trabajo, nuestro trabajo no será productivo. 

Con el trabajo conseguimos los recursos que necesitamos para la vida (de casa, vestido y sustento). 

Pero con las relaciones de familia, construimos con amor la vida misma. No perdamos el enfoque.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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