Casi todos los seres humanos desean ser mejores que sus padres, aunque hayan tenido uno bueno, pero muy pocos lo logran y otros viven intentándolo.
En México, de acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, un 21.2 millones de hombres se dijeron padres de al menos un hijo o hija que reside en su vivienda. Aunque también hay quienes lo son: divorciados, viudos o solteros.
Llama la atención que en nuestro país varios varones decidieron ser padres entre los 40 a 49 años (69.8%), seguidos del segmento de los de 50 a 59 años (64.4%) y sorprende que aún a la edad de 60 y más, un 50.6% de hombres se anima a ser papá.
Existen padres muy jóvenes de 15 a 29 años pero ésta es la estadística más baja al sólo representar un 19.5%.
La mayoría de los hombres intentan vivir su paternidad a plenitud, independientemente de su edad. Aunque las nuevas generaciones aspiran a ser padres activos, intentando participar en la crianza de sus hijos, compartiendo actividades con ellos conforme crecen, enseñando valores (éticos y sociales), deportes o habilidades, y mostrando sus emociones.
Poner límites en los videojuegos, enseñarles a reaccionar ante extraños, establecer un vínculo de confianza y hasta estar a la altura de conversaciones con temas como la identidad sexual, es parte de la labor de un padre moderno.
El día del padre se celebra desde 1909 en Estados Unidos, pero en México oficialmente desde 1972, estableciendo el tercer domingo del mes de junio como un día de celebración.
En Puebla recordar el papel de los padres se vive no solo en casa o restaurantes, sino también en centros de entretenimiento o deportivos, en los cementerios y en penales.
El camino de un padre puede ser difícil, por ello en la entidad hay apoyos del SMDIF y SEDIF, guarderías en el IMSS, estancias infantiles, programas de bienestar, talleres y hasta apoyos de tanatología, solo por mencionar algunos. Por ello, felicidades a los padres que se esfuerzan por ser una mejor versión de ellos mismos.