Los siguientes meses en la política tamaulipeca, sin elecciones de por medio y un descanso en el estado tras cinco años convocando a los ciudadanos a la urnas, se pondrán interesantes tras bambalinas con las aspiraciones de cara, primero, al 2027 y, segundo como muy trascendente, el 2028.
En un par de años se sabrá si se cambian o renuevan los alcaldes, diputados federales y locales todavía con la opción de reelegirse. Meses después se pondrá en marcha otro proceso, la sucesión gubernamental.
Dentro del último tema en la frontera, Ciudad Victoria y la región sur se hacen conjeturas, se analizan actividades, se conversan en los cafés, se escriben u opinan en redes sociales, se critica con o sin fundamentos, pero se asoma un poco el inevitable cambio de istración, lejano y cercano, al encontrarnos exactamente en la mitad del sexenio de Américo Villarreal Anaya.
En posiciones como legislaturas, presidencias municipales, incluso secretarías estatales y en frentes partidistas e ideológicos, se gesta esta carrera. Al momento, el Movimiento de Regeneración Nacional luce sólido en la percepción de la población y una eventual intención del voto.
Ahí, la senadora Olga Sosa Ruiz tiene un tramo avanzado. Más allá del reflector de la Cámara Alta, diversos factores le dan ventaja: el reconocimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum, su cercanía con Américo, el trabajo de territorio, reuniones en sectores populares y empresarios, a la par de la intención de aplicar la equidad de género para el cargo de Ejecutivo estatal.
Es la única pues, si de competidores hablamos, Maki Ortiz se dedica a conservar su fuerza en Reynosa (que tampoco es poca), Carmen Lilia Canturosas solo es conocida en Nuevo Laredo, caso similar de su hermano Carlos, en tanto José Ramón Gómez luce con posibilidades por su conocimiento de la estructura, pero un par de escalones abajo en el conocimiento general.
La oposición, en este asunto, se resume a continuar en un sueño profundo, sin deseos de despertar para apostarle a uno de los suyos.
Sí, de aquí a tres años cualquier cosa puede pasar, sin embargo y cómo la quieran contar, refutar o cuestionar, con total frialdad este es el panorama en el estado. Olga, originaria de Tampico, es hoy la carta fuerte hacia dirigir los destinos del estado.