El precio del sulfuro de sodio, químico esencial para el proceso de curtido de piel, se ha disparado en León más de un 212 por ciento en los últimos meses, afectando de forma directa la operación de curtidurías locales.
De costar entre 800 y 850 pesos por bulto de 25 kilos, actualmente se revende hasta en 2 mil 500 o incluso 3 mil pesos, lo que ha encarecido significativamente el proceso de pelambre y reducido la productividad.
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"Antes nos gastábamos entre 5 mil y 6 mil pesos por partida. Ahora llegamos a gastar hasta 15 mil solo en químicos", explicó Aureliano Baltazar Valderrama, trabajador en el área de tambores.
Esta alza ha obligado a frenar las actividades productivas durante semanas completas. "Paramos casi mes y medio. Apenas estamos empezando otra vez, pero muy poco. A lo mucho trabajamos dos días por semana, cuando antes era de lunes a domingo, sin descanso", comentó.
La caída también se refleja en la cantidad de partidas que se procesan semanalmente. Antes se realizaban tres partidas por semana; ahora, en el mejor de los casos, una sola. "La producción ya no es la misma. El ritmo bajó drásticamente y eso ha ido pegando en toda la cadena", dijo.
La baja en actividad obligó a recortar personal: de tres trabajadores a su cargo, Aureliano mantiene solo uno, y este acude únicamente cuando hay algo qué hacer. "Apenas si viene cuando se necesita. Antes no parábamos. Ahora con trabajos llenamos dos días", agregó.
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En términos económicos, las pérdidas son evidentes. "Antes generábamos al menos entre 70 mil y 80 mil pesos al mes. Hoy con suerte alcanzamos los 20 mil o 25 mil pesos", señaló.
El freno en la producción ha roto la cadena de trabajo no solo en las tenerías, sino en sectores que dependen de estas materias primas, como el calzado, la marroquinería y el vestido. Con menos piel procesada, la demanda de otras áreas también disminuye, y con ello se ven afectados más empleos indirectos.
"Esto afecta directamente a la gente. Si no hay químicos, no hay producción, y si no hay producción, no hay ingresos ni trabajo", concluyó Aureliano, preocupado por la falta de apoyo e intervención ante el aumento descontrolado en los insumos básicos.
Los trabajadores y encargados de las curtidurías coinciden en que, mientras no se regularice el mercado del sulfuro de sodio y se garantice su abasto a un precio justo, la recuperación seguirá siendo lenta. Algunos temen que, de continuar esta situación, las afectaciones escalen y provoquen incluso el cierre de más talleres en León.