Sociedad

¡No estás exagerando! La muerte de tu mascota puede ser igual de dolorosa que la de un familiar

El proceso del duelo dependerá del vínculo con la mascota, las circunstancias de la muerte y en la etapa de vida en la que nos encontremos.

Mimí llegó a la vida de Abigail y de su familia en 2004, pareciendo una "pequeña bola de algodón" más que una cachorrita de dos meses. Su timidez no la hizo correr a los brazos de sus nuevos dueños, sino a una cálida esquina del comedor que terminó convirtiéndose en “su lugar especial”.

“Mucho tiempo de su vida ese fue su lugarcito. De que si se hartaba de nosotros, ahí iba y se metía y se quedaba un ratito”, narra entre risas.

Esa es la anécdota que la joven de 26 años y su familia siempre cuentan. Sin embargo, antes de compartirla con MILENIO, Abigail no pudo evitar recordar cuando Mimí se ponía al brinco con los perros más grandes, pero se escondía con aquellos de su mismo tamaño; las siestas en la tarde tras una buena sesión de rascadera de panza, o los saltos de felicidad en cada paseo.

“Su presencia, el tiempo que estuvo conmigo, es en sí un recuerdo especial”.

Pero el tiempo de Mimí en la tierra llegó a su fin a mediados del 2020, cuando México y la humanidad entraron en cuarentena ante el azote por la pandemia del Covid-19. Y así, además de la incertidumbre y el encierro, Abigail tuvo que enfrentarse a la pérdida de su compañera de vida.

La vida de la pequeña— que era cruza de poodle con maltés— terminó a causa de un infarto, producto de varios problemas cardíacos propios de su avanzada edad. Y aunque Abigail y su familia habían logrado agendar una consulta veterinaria al día siguiente, Mimí no resistió más.

Esa madrugada dio su último aliento rodeada de la familia que 16 años atrás decidió recibirla y hacerla parte de su vida: “Eso me da tranquilidad”, confesó la joven. “Hasta el último segundo que estuvo aquí, estuvimos con ella. No nos despegamos para nada”.

No obstante, la muerte de Mimí fue el inicio de un calvario al que la tanatología señala como un “duelo no reconocido”. Es decir, aquel que la sociedad aún no percibe como un proceso igual de doloroso que la pérdida de un familiar.

“Las personas a nuestro alrededor no entienden por qué es tan importante para nosotros y pueden hacer comentarios hirientes (...) o minimizar”, explicó la Dra. Jacqueline Herrera Rodríguez, experta en tanatología, a MILENIO.
(Exclusivo Fidelización) Mimí falleció a los 16 años, en junio del 2020, a causa de un infarto | Cortesía: Abigail Almazán
Mimí falleció a los 16 años, en junio del 2020, a causa de un infarto | Cortesía: Abigail Almazán

Un duelo no reconocido

Es innegable que las mascotas han adquirido un papel más protagónico en la vida de las personas, a tal punto de que son incluidas— o se refuerza su inclusión— en tradiciones tan arraigadas en la cultura, como el Día de Muertos en México.

La leyenda mexicana dicta que cada 27 de octubre las almas de las mascotas fallecidas regresan a la tierra para volver a ver a sus familiares, disfrutar de sus premios favoritos y hasta jugar con sus hermanitos.

Así lo han documentado cientos de internautas quienes, año con año, comparten en sus redes sociales los altares que colocaron en memoria de los compañeros peludos que cruzaron el arcoíris.

Diversos estudios han documentado un incremento sin precedentes de la convivencia entre los seres humanos y sus animales de compañía. De hecho, un artículo de "OMEGA - Revista de la muerte y el morir" identificó que estos lazos se hicieron aún más evidentes después del Covid-19, pues, en Reino Unido, hubo un alza en las búsquedas en internet respecto a los cuidados y mantenimiento de las mascotas.

Pero del otro lado de la moneda está Abigail: la muerte de Mimí significó un cambio radical en su rutina de pandemia, en la que cuidarla y pasar tiempo con ella era una parte fundamental— además de encargarse de las tareas caseras y dedicar tiempo a la universidad—. Sin embargo, considera que la contingencia también le impidió llevar un proceso de duelo correcto.

“Cuando ella se fue, no me di el tiempo ni oportunidad de llorarle más o hacerme consciente o hacer estos ejercicios de introspección; de ver qué sientes. (...) Y eso cobró factura en otros aspectos. (...) Pero en su momento fue lo que hice. Lo que podía con lo que tenía”.

Pese a que estas relaciones son cada vez más comunes, aún algunos pacientes de la doctora Herrera Rodríguez le han confesado sentir vergüenza al momento de pedir algunos días en el trabajo para descansar y asimilar la pérdida. Un sentimiento que es resultado del desprestigio social a este proceso de duelo.

“El doliente se empieza a meter en este 'caparoncito' en el que ya no comparte lo que está sintiendo y eso lo hace más complicado.”

Sin embargo, la muerte de una mascota está lejos de ser un asunto menor.

El propio documento de la “Revista de la muerte y el morir” afirma que las y los dolientes experimentan una diversidad de sentimientos que pueden ir desde soledad, aislamiento, ansiedad, estrés o vergüenza, hasta rasgos de psicopatología, traumas o pensamientos suicidas. Aunque esto dependerá del tipo de relación que se mantuvo con el animal e incluso las circunstancias de la muerte o nuestra etapa de vida.

“No será lo mismo una mascotita que atropellan, donde sí puedo sentirme culpable, a una que cuidaron bien durante 10 años y finalmente falleció. O no será lo mismo el perrito que tienes desde niño y fallece cuando tienes 30 años, al que un adulto mayor tiene porque está solo y necesita compañía”, ejemplifica la tanatóloga.
La muerte de una mascota se procesa de diferente manera en la infancia y en la adultez | Cuartoscuro
La muerte de una mascota se procesa de diferente manera en la infancia y en la adultez | Cuartoscuro

¿Cuándo es ideal volver a tener otra mascota?

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojan que de las 80 millones de mascotas que hay en México—distribuidas en 25 millones de hogares—, 43.8 millones son perros; 16.2 millones son gatos y entre las 20 millones restantes se contemplan una gran variedad de pequeñas especies, como peces o aves.

Sin embargo, los procesos de duelo no son limitativos de una sola especie. Sino que su intensidad dependerá únicamente del vínculo que se desarrolla con la mascota, sea un perro, un pez, un loro o un caballo.

“La intensidad del dolor que sentimos tiene que ver con la calidad del apego que teníamos con eso que se perdió”, recordó Jackeline
En 2021, el Inegi contabilizó 25 millones de hogares con mascotas | Especial
En 2021, el Inegi contabilizó 25 millones de hogares con mascotas | Especial

¿Pero cómo sobrellevar la pérdida ante una sociedad aún desconocedora del impacto emocional de las mascotas en las personas?

Un primer consejo de la doctora Herrera sería evitar las confrontaciones, entendiendo que las y los autores de comentarios como “¿Tanto por un perro?” o “¿Te vas a poner así por una mascota?” ignoran el valor que tuvo aquella mascota en nuestras vidas.

No obstante, esto no significa reprimir las emociones. Por el contrario, la tanatóloga enfatizó la importancia de hablar respecto a lo sucedido: “Mientras más hablas, más vas acomodando las ideas y te vas dando cuenta de cuál es la realidad”, señala.

También sugirió no comprar ‘luego luego’ otra mascota, ya que esto impide cerrar adecuadamente un vínculo y, por ende, será difícil apegarse con el nuevo animal. Incluso, esta ‘pausa’ también puede aplicarse para el proceso de recoger y guardar la camita, los juguetes, las croquetas, el collar, o demás artículos.

Entonces … ¿Cuándo podríamos comenzar a dar estos pasos? Una vez que la o el doliente “esté tranquilo acerca de lo que sucedió”; y esto es “cuando puede hablar de lo que pasó sin tener una expresión emocional desbordada (...) sin tener culpa o pensamientos incómodos”.

¡Toma nota!...

¿Qué hacer si se murió mi mascota?

  • 1 Permitirte llorar
  • 2 Hacer un ritual de despedida para cerrar el vínculo
  • 3 Procurar el autocuidado: comer bien, dormir bien
  • 4 Escribir una carta a la mascota
  • 5 Acudir con un o una tanatóloga
  • 6 No obligarnos a encariñarnos con otra mascota


La idea de volver a abrir su corazón a una nueva mascota llegó a la mente de Abigail un año después de la muerte de Mimí. Para ello, confiesa, atravesó por varias reflexiones y lo planteó en distintas ocasiones a su familia.

Claro que extrañaba aquella "bola de algodón", sin embargo, acepta ser una persona a quien el cariño de un perrito “la llena un montón” y le resulta fundamental para su día a día. Así, y luego de tener el visto bueno de su familia y tras varias visitas a centros de adopción, el destino los juntó con Sumi. Aunque para Abigail, fue la propia Mimi quien los llevó hasta esa perrita cruza de raza Chihuahua y que hoy tiene poco más de tres años.

“Cuando nos llegó Sumi, nos sentíamos más preparados. En otro contexto, había cosas que hacíamos y que no eran las adecuadas. Por eso cada vez que veo a Sumi le digo: ‘Tienes la vida que tienes por Mimí. Deberías estar agradecida”, recuerda con felicidad.
(Exclusivo fidelización) Sumi fue adoptada de una camada de perritos que tuvo la mascota de una conocida de su mejor amiga | Cortesía: Abigail Almazán
Sumi fue adoptada de una camada de perritos que tuvo la mascota de una conocida de su mejor amiga | Cortesía: Abigail Almazán

​ASG

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Alejandra Sigala
  • Alejandra Sigala
  • Egresada de la UNAM. Te explico las tendencias en redes sociales y los temas que despiertan tu curiosidad en el día a día. Escucho, amo y a veces escribo sobre K-Pop. Me encanta bailar y los gatos.
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