Si hay un cineasta convencido de que la mujer es la mejor opción para un papel protagónico, con tintes heroicos, ese es el francés Luc Besson (París, 1959). Sea como una sicaria profesional por necesidad de sobrevivencia o niña vengadora, como quinto elemento caído del cielo o ente superinteligente por una sobredosis, las chicas siempre llevan el peso de la trama y están lejos de aparecer con los estereotipos de debilidad, belleza y acompañamiento.
Repasemos algunos personajes, empezando acaso por el más icónico, La Femme Nikita (1990), al que dio vida la actriz sa Anne Parillaud, primera esposa de Besson, que generó además una serie televisiva canadiense con Peta Wilson, un remake gringo con Bridget Fonda y otra emisión capitulada con Maggie Q como figura principal. En resumen, una adicta y asesina va a la cárcel, pero exhibe ciertas características que la hacen elegible para un programa secreto de ejecución de adversarios.
Natalie Portman tenía doce años cuando hizo el papel de Mathilda en León (1994), una niña que regresa a casa con la sorpresa de que unos agentes de la DEA corruptos han asesinado a su familia y se esconde en el departamento de un vecino, un matón italiano, analfabeto, interpretado por el gran Jean Reno.
Con Milla Jovovich, entonces su nueva esposa, Besson filma El quinto elemento (1997) y Juana de Arco (1999), una fugitiva de ciencia ficción la primera y la célebre heroína de la historia sa la segunda, de las que podemos brincar hasta Lucy (2014), con Scarlett Johansson en el estelar como una joven común que inopinadamente recibe una sobredosis de una extraña droga que dispara el uso de su cerebro.
Como es conocida la historia de Mina Harker, pues está basada en el libro de Bram Stoker, será interesante ver qué detalles añade el cineasta al personaje en su película a punto de estreno, Drácula: un cuento de amor, con Zoë Bleu en el papel que antes interpretó Winona Ryder en la versión de Francis Ford Coppola (1992). Vámonos por las palomitas.
