Elogio de la brevedad

Jorge F. Hernández
Jorge F. Hernández

Bastaron 48 horas en Inglaterra para celebrar el peso inmenso de la amistad, la magia circular del azar y la brevedad del tiempo que se alarga en la mente y corazón de quien se sabe lector, leído y escrito. Agradezco de corazón la hospitalidad de la Universidad de Birmingham en la tierra media del Reino Unido y el encomiable esfuerzo académico y afán en pro de la literatura del doctor

Luis Medina, el milagro de venir por dos días a su ecuador inglés para celebrar los Cuarentínimos para la cuentenaCuentínimos para la cuarentena que sirvieron de aliento durante el confinamiento de la pasada pandemia del covid.

Parece que aquello fue hace mucho tiempo y en realidad no ha sido más que un breve respiro en las biografías de quienes padecimos el encierro y la distancia, la incongruente cercanía con todos aquellos que nos quedaron lejos e incluso los afectos que murieron por la guadaña implacable de una enfermedad que cambió al mundo para siempre. Luis Medina y la Universidad de Birmingham tuvieron a bien antologar la pura literatura que brotó durante el confinamiento, las letras que sirvieron de salvavidas y los pequeños o largos relatos que marcaban el paso de las horas, las sábanas sin planchar y las madrugadas que pendían de un hilo. A mucha honra y prez los cuentínimos que escribí como desprendido homenaje a los poemínimos de Efraín Huerta llegaron a ser reconocidos y leídos ahora en un ambiente multidisciplinario e interacadémico donde el pasado reciente ya quedó como recuerdo. Aquí y ahora estos pequeños relatos relámpago han quedado alineados con la poesía instantánea, las acuarelas al vuelo, los aforismos efímeros, los versos en vuelo y otras expresiones literarias que se volvieron párrafos y páginas compartidas a través de las redes sociales, los correos correspondientes y la memoria compartida de prójimos y próximos que leían para respirar o reían para sobrevivir o relataban para relacionarse en este mismo mundo donde parecía que todos queríamos mejorar y merecer mejores vidas. 

Ahora que el planeta ha recaído en una estulticia necia, en el imperio fascista de la estupidez empoderada y el regreso agresivo de las mentiras, parece un valioso milagro reunirse aunque sea por 48 horas en Birmingham para no olvidar lo que permanece y dura: el inmenso milagro de la literatura que —aunque breve— provoca la prolongación de nuestra respiración y el abrazo que merecemos todos.


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Jorge F. Hernández
  • Jorge F. Hernández
  • Escritor, académico e historiador, ganó el Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández por Noche de ronda, y quedó finalista del Premio Alfaguara de Novela con La emperatriz de Lavapiés. Es autor también de Réquiem para un ángel, Un montón de piedras, Un bosque flotante y Cochabamba. Publica los jueves cada 15 días su columna Agua de azar.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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