Siempre ha sido una persona burda, agrade o no. Si lo recordamos metiéndole la pierna a un jugador estando él en la línea de banda, o sea, invadiendo espacio que no le corresponde y todo por tratar de dirigir a sus pupilos, o estorbando en el desarrollo del juego, si nos detenemos en esa usurpación de propiedades y de derechos, pues reprueba.
Si nos detenemos en su fracaso con los Rayados del Monterrey, haya sido como haya sido su estancia ahí, pues más reprueba. Lo trajeron, caro, para que ponga su enfática cara ante los problemas de emociones que el seleccionado nacional le pueda ocasionar a los altos directivos que cada vez están más desunidos y enfrascados en problemas internos y personales.
Todo iba muy bien hasta que se perdió con Suiza, Tal derrota no es para alarmar a nadie pero sí para detenernos a revisar si Javier es capaz de llevar al Tricolor a un estado mejor. La Copa Oro debe ser un medidor barato, una exigencia de poco valor.
Tenemos la seria obligación de exigir algo más a todos; no solo a Javier porque desde siempre tenemos futbolistas mexicanos de nivel medio, no más. Y a partir de esta realidad que es incómoda, debemos ubicar el presente y futuro de lo muy nuestro.
El Mundial en casa nos va ayudar a ver otra vez lo mismo de otras veces; lo mismo, no más. No nos hagamos nuevas ilusiones porque prestarle a la FIFA nuestros espacios, nuestro tiempo y esfuerzos, solo alcanza para agradar a medio querer, por más que Javier intente recomponer su discurso, cada vez más enredado y sin tónica para que convenza de que es cuestión de tiempo.
La Selección Nacional no ofrecerá nuevos logros; y Javier lo sabe como lo sabe cualquier directivo bien ubicado y conocedor del tipo de madera que tenemos. Podemos preguntarnos: ¿Qué fue lo mejor de México en el mundial de Estados Unidos, en el de Francia; en el de Corea, en el de Alemania, en el de Sudáfrica, en Brasil, en Rusia, en Qatar?
La misma pregunta pero cambiando sólo de país, tiene la misma respuesta. Ahora con más competidores en el certamen para hacer más bola, Javier sabe la respuesta pero probablemente no se atreva a externarla. Mientras, podemos disfrutar lo poco o mucho que nos vayan ofreciendo desde ahora.
