Me preocupa que no se hable de “Ciudad iluminada: Camina libre. Camina segura”.
¿Por qué? Porque si esto se supiera a gran escala, mucha gente se sentiría feliz. Usted merece ser feliz. ¡No se vale!
Esto es importante. Es bueno. Es diferente. Es revolucionario. Y podría inspirar a todo México, a toda América Latina.
“Ciudad iluminada: Camina libre. Camina segura” es un programa de Clara Brugada.
No es sólo poner focos en las calles. Es cambiarle la vida a millones de personas, especialmente a las mujeres.
No por nada, en la presentación de esto vi juntas y juntos a la secretaria de las mujeres, a la secretaria de cultura, a la secretaria de turismo, al secretario de seguridad ciudadana, al secretario de obras y a muchas y a muchos otros elementos del gobierno de la Ciudad de México que, por ser capital de la nación, es nota en todo el país.
¿Qué era lo que pasaba antes? Lo que ya sabemos: en muchas calles, en muchas colonias, no se podía salir de noche porque todo estaba oscuro, porque no se veía nada.
Accidentes, asaltos, violencia. ¡Todo mal!
Imagínese, por favor, lo que era esto para las mujeres que estaban regresando de su trabajo, para las jóvenes que estaban saliendo de clases o para las niñas que tenían que ir muy temprano a sus escuelas.
Sí, yo sé que a lo mejor usted es un persona privilegiada con coche, que puede pagar hasta el más caro de los Ubers o que es muy probable que viva en un lugar increíble.
Probablemente para usted esto suene muy básico y no la juzgo, no lo juzgo, pero no lo es.
Una calle bien iluminada es el principio de una vida digna y el gabinete de Clara Brugada no se conformó con pensar sólo en poner focos.
¡No! Por eso estamos hablando de un programa, de una visión integral, incluyente.
Es una inversión histórica para iluminar más de mil kilómetros de caminos de todo tipo: desde las grandes avenidas hasta los más pequeños callejones pasando por senderos escolares, callecitas, escaleras y más mucho más.
¿Qué estaban haciendo tantísimas secretarias y tantísimo secretarios en la presentación de esto?
Es que los focos no vienen solos. Vienen con cámaras de seguridad que sí van a funcionar, con botones de pánico que sí van a estar conectados, con banquetas renovadas, con perspectiva de género, visión cultural y proyección turística para antes, durante y después del Mundial de Futbol.
¿Se acuerda usted de lo que pasó cuando se inauguró el Cablebús en Iztapalapa? Aquello se llenó de murales y se convirtió en atracción turística?
Bueno, aquí va a pasar exactamente lo mismo pero en toda la Ciudad de México. Desde la parte oscura del Centro Histórico (del Zócalo al oriente) hasta los barrios más alejados.
Salir de noche ya no va a ser un problema y las que más lo van a agradecer van a ser las niñas, las jóvenes, las madres de familia y las adultas mayores.
La idea es convertir a la Ciudad de México, en unos cuantos años más, en la ciudad más iluminada del mundo.
Pero, ojo, no con las típicas luminarias de toda la vida. Tuve el privilegio de ir al lanzamiento de este programa y ver los “humildes foquitos” que se van a colocar en nuestras calles.
Son unos como robots morados gigantescos, de muchos tipos, que iluminan como si se tratara de estadios de futbol y que dan mensajes.
En serio. Usted va a ir caminando, se va a topar con ellos y va a leer cosas. Desde frases motivacionales hasta recomendaciones y noticias. Tener esto va a ser vivir en el siglo XXI de verdad.
¿Pero sabe usted qué es lo más hermoso de todo lo que le estoy contando? Que “Ciudad iluminada: Camina libre. Camina segura” es un tema de derechos, de justicia.
Del derecho de las personas con discapacidad a usar las calles, del derecho de las mujeres a salir de noche.
¿Y dónde está la justicia? En el hecho de que ahora ya no se piensa sólo en iluminar los grandes bulevares discriminando a la gente más humilde, a la de las calles más pequeñas.
¡No! Ahora vamos a ir todas parejas, todos parejos. Aquí también “primero los pobres”. Aquí también la “territorialidad” de Clara Brugada. ¡Felicidades!