Anatomía de un suicidio

Presento tres vías de a un gran suceso. Helas aquí.

UNO. Anagnórisis es un concepto que proviene del teatro griego y significa descubrimiento o reconocimiento, y fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su célebre Poética.

Se trata de un recurso usado en una obra para indicar un momento de revelación en el cual el protagonista descubre datos vitales sobre sí mismo, mismo que dan un giro distinto al desenlace previsto.

DOS. Tiene apenas 38 años y posee una más que prolífica, brillante y exitosísima trayectoria tanto en teatro como en televisión y cine. Pasó sus primeros cinco años en la comuna rural de Birchwood Hall; y como sus padres no estaban casados, decidieron darle a ella y a su hermana el apellido Birch, en honor a la comuna.

Su nombre es Alice y es en la actualidad una de las dramaturgas y guionistas más prestigiadas, como lo muestra su trabajo en series como la aclamadísima Succession.

TRES. No son pareja, pero en realidad sí lo son, pues desde hace años trabajan juntos: ella como productora, él como director. Si mal no recuerdo la dupla creativa arrancó hace algunos ayeres con Los ojos; y en los últimos años nos han brindado unos montajes dignos de ovaciones: Indecente, que ganó todos los premios posibles; Arte, que apenas el miércoles pasado cerró su primera temporada; y Anatomía de un suicidio, uno de esos montajes que CIMBRAN, así con mayúsculas, a todos los espectadores.

Ahora intentaré trenzar esas tres vías. La manera más directa es empezar por decir que Anatomía de un suicidio cuenta la historia de tres mujeres: Caro, Ana e Ivonne, cuyas vidas se entretejen de muchas maneras. La más obvia es que son abuela, madre e hija; sin embargo, su relación va mucho más allá del lazo consanguíneo.

Y es aquí donde entra el término anagnórisis, aparentemente tan académico, pero en realidad tan práctico y cotidiano desde tiempos inmemoriales. La estructura de Anatomía… es una especie de matrioshka, esa muñeca rusa en la que una figura va dentro de otra, y otra y otra… y cada una de ellas alberga un secreto, una revelación, un descubrimiento… que avanza la trama con fuertes vueltas de tuerca.

Aquí se trata de tres historias que en realidad son una misma, o al menos partes de ella… complementarias. Es como si se tratara de fragmentos que van armando un gran rompecabezas, un circo de tres pistas en las que se separa y conecta a un mismo tiempo este trío de situaciones; paradójicamente diferentes y similares.

Escrita en 2017 por Alice Birch, Anatomía de un suicidio es ejemplo contundente del interés de esta esta joven dramaturga por los temas femeninos, como lo prueban otros de sus textos como Many Moons, Little on the inside, Revolt. she said. Revolt again, We Want You to Watch, Lady Macbeth, Sombra: Eurydice Speaks y Ophelias Zimmer.

En Anatomía… cada una de las tres protagonistas tiene un destino que --como tal—se cumple ineludiblemente; y no sólo eso, sino que se encadena con la generación subsecuente, hasta que…

La conocedora publirrelacionista Adriana González, quien me invitó a ver Anatomía…, me dijo: “Creo que ésta es la mejor dirección de Cristian”. Y no se equivocó.

He hablado en muchas ocasiones del talento de Magaloni, y comparto totalmente el juicio de Adriana. Éste es un montaje soberbio. Complejo, difícil, detallista hasta el extremo. El mínimo error lo hubiera hecho caótico e incomprensible; y el resultado es totalmente lo contrario.

Y no sólo fluye perfectamente, sino que impacta y conmueve.

Para lograrlo, Magaloni cuenta con el talento y el trabajo de un equipo creativo brillante: Anna Adriá y Marcela Vethencourt (escenografía); Víctor Zapatero (iluminación); Giselle Sandiel (vestuario); Jorge Orozco (video); Maricela Estrada (maquillaje y peluquería); Natalia Pérez Turner (composición musical); Miguel Tercero y Miguel Jiménez (diseño sonoro y audio); y por supuesto Ana Kupfer en la producción general.

Ahora bien, todo esto toma cuerpo y cobra vida en un elenco soberbio. Sí, cada uno de sus integrantes hace un trabajo estupendo. Ellos son: Paula Watson, Diana Sedano, Antón Araiza, Hamlet Ramírez, Amanda Farrah, Montserrat Ángeles Peralta, Santiago Zenteno, Lucía Ribeiro, y Fernanda Castillo. ¡Bravo a cada uno de ellos!

Y me detengo un momento más en Fer Castillo, de quien conozco su trabajo hace cerca de 20 años, y he visto como ha construido su impecable carrera con pasos sólidos. La vi inicialmente en musicales como Hoy no me puedo levantar y Cabaret, de ahí saltó a obras de texto como Los monólogos de la vagina y Hermanas. En cine y múltiples series la presencia de Fernanda es realmente sólida, y hoy es un gusto verla encabezar esta compañía con un trabajo que es un salto cuántico en su desempeño histriónico.

Anatomía de un suicidio es una de esas obras imperdibles; que golpea, sacude, impacta, cimbra al espectador, pues llega hasta lo más profundo del corazón y del cerebro.

Anatomía de un suicidio se presenta de viernes a domingo en el teatro Helénico.


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Hugo Hernández
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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