Ecos de la elección judicial

Habiendo acontecido la elección judicial del 01 de junio de 2025, corresponde voltear la mirada y ver a trasluz algunos aspectos. En primer lugar, diremos que se hizo tan complicada la forma de votar y la manera en que se estructuraron las boletas, lo que implicó que una gran cantidad de electores y factores de poder tuvieran que hacer uso de una opción memorística usada en nuestros sistemas escolares: los famosos “acordeones” con diversa información sobre las posibles preguntas y respuestas a un examen de conocimientos. A ese grado de complejidad llegamos.

Y esto también me lleva a recordar al gran Celso Piña, músico mexicano nacido y fallecido en Monterrey, Nuevo León; conocido por ser el “rebelde del acordeón” dada su maestría y destreza en tocar este instrumento, y por haber transformado la cumbia colombiana en algo propio de los regiomontanos. Su fama y sus interpretaciones musicales dieron la vuelta al mundo. Yo lo pondría junto con los grandes acordeonistas del orbe y le agregaría el título de uno de los muchos reyes del acordeón.

Y pues resulta que tuvimos una elección con “reyes y reinas del acordeón” lo que significó haber asistido a las urnas con los susodichos papelitos que copiaban la estructura de las boletas ya marcadas por las opciones que unos (Morena y el gobierno, mayormente) y otros (PAN, PRI, y MC, con pocas opciones) tenían como los(as) candidatos (as) viables para que la reforma judicial se operara a nivel “de cancha”. Es decir, ya con los números que correspondían a las personas que fueron favoritas para uno y otro lado. El Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México brillaron por su ausencia.

El diseño de la reforma, donde las campañas de los candidatos fueron tremendamente austeras, y la promoción del voto quedó a cargo del Instituto Nacional Electoral, con idas y venidas en decisiones de la Sala Superior del Tribunal Electoral, llevaron al final a los resultados de votación que el INE ha venido dando a conocer en los días pasados.

El diario español El País refiere las complejidades de las cifras resultado de la elección de esta manera: “Con las urnas cerradas, la participación en la elección judicial ha llegado al 13% [del padrón electoral], que equivale a casi 13 millones de personas. En esta votación para la Suprema Corte se registraron 26 millones de votos nulos o vacíos de un total de 116 millones, es decir, el 22,8%. Esto es porque cada persona podía utilizar un máximo de nueve votos. Por ejemplo, si un votante colocaba los números de siete candidatos, pero un recuadro lo tachaba y otro lo dejaba en blanco, eso se contabilizaba como: siete votos válidos, uno nulo y otro en blanco. El conteo para la Suprema Corte es el primero de una compleja elección judicial en cerrarse.”

Y entonces las cifras que otros medios reportan son las siguientes: con 98% de las actas computadas, de una lista nominal de casi 98 millones de electores, participaron cerca de doce y medio millones de votantes. Los votos nulos derivados de esa multitud de pequeños recuadros [con errores] en las boletas fueron 1, 356, 342. Los votos en blanco –recuadros no marcados- ascienden a 1, 515, 020.

Así el resultado de la elección permite una variopinta multitud de opiniones e interpretaciones. Unos a favor de Morena y aliados, y otros en contra. Como siempre en estos temas de la política.

Pero el verdadero resultado de la elección lo veremos en muchos años por venir con el escrutinio directo de las decisiones y argumentaciones de los integrantes de dicho poder que con sus sentencias, tesis y jurisprudencias deberán convencer al “respetable público”. Lamentablemente ese respetable grupo de votantes no sabe de los laberintos y multitudes de caminos de ida y venida que las leyes, su interpretación y aplicación, siempre conllevan.

La cereza en el pastel la dieron los gobernadores. Los de Morena operando para que se movilizarán a sus militantes y simpatizantes para asistir a las casillas. Y los de otros partidos absteniéndose de ir a votar (como el de Jalisco Pablo Lemus, de MC, que abiertamente manifestó que no se le hizo tan interesante como para acudir a las urnas).

Y aún falta la elección de la otra mitad de los integrantes de ese poder en el rango de magistrados de circuito y jueces de distrito, y de los poderes judiciales estatales, mismas que habrán de coincidir en 2027 con la de cargos constitucionales en donde los partidos presentarán candidatos. Ahí sí, se pondrá tan buena como la música de Celso Piña, del cual confieso ser devoto irador. Mucho acordeón y pocas nueces.


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José Luis Castellanos González
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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