A pesar de la campaña negativa orquestada en su contra, la abogada Tania Contreras López será, a partir del próximo primero de octubre, presidenta del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas.
No llega al cargo, a propuesta del gobernador y ratificada por una mayoría calificada, de una alianza partidista en el Congreso del Estado, como sucedió con las personas que le antecedieron en el cargo, acorde al formato derogado por la reforma judicial del 18 de noviembre pasado.
Tania será magistrada y presidenta del Poder Judicial, porque así lo decidió la friolera de 217,276 ciudadanas y ciudadanos, siendo la primera con la legitimidad de ser electa por el pueblo.
Hablamos de una cantidad de votos que la colocarían como la tercera fuerza política del Congreso del Estado, en la elección de 2024.
Por arriba de los 77,219 votos del PRI, los 121,560 de MC, 20,127 del PRD, 53,024 del PT y de los 89,336 sufragios del PVEM. Incluso, su capacidad de convocatoria superó los 130,496 que obtuvo el PAN, en la elección senatorial extraordinaria de 2023.
Otro dato importante, es que la legitimidad de su triunfo no proviene de una elección de “Estado”, en la que avasalla a sus competidoras.
Quienes llegan con ella al Pleno del Supremo Tribunal de Justicia, lo hacen con un aval importante en las urnas: Griselda Vázquez García (170,040 votos y 9 de los 43 municipios adjudicados); Guillermina Reynoso Ochoa (143,516), Teresa Blanco Alvizo (141,998 y 2 municipios ganados) y Minerva Cáceres Vázquez (123,836).
Respecto a la elección de magistrados, Óscar Lara Sosa vence a Raúl Robles Caballero apretadamente, 163,813 contra 163,254 votos, seguidos por Adrián Sánchez Salazar (154,454), Esteban Ruiz Etienne (133,854) e Ignacio García Zúñiga (110,394).
Para quienes cuestionan la afluencia de votantes de la elección judicial, vale la pena recordar que, tan válido fue el trabajo de la 64 Legislatura local, como el de la 56, aunque en la primera (2019) participó el 33% de la lista nominal y en la segunda (1995) el 63%.
Sucederá lo mismo con la camada de magistraturas que llega, con el plus de que, al ser electas, deberán rendir cuentas a quienes votaron por ellas, algo así como 400,600 personas.
Una exigencia democrática que no tuvieron quienes se van.