¿Ley Censura en pausa?

En los años 80 y 90, la vida mediática giraba en torno a medios analógicos. Con la llegada de internet, medios digitales y redes sociales en los 2000s y 2010s, todo se reinventó.

Hoy hablamos de "streaming", "subir" (), "descargar" (), "stalkear", "postear", "hacer viral", "editar en tiempo real", "crear contenido", "monetizar", "algoritmo", entre otros.

Antes, controlar era intervenir en radios, cerrar imprentas, censurar periódicos y otros medios como la televisión, el más importante en aquellos años, en donde la sumisión era brutal.

En esa época cuando éramos jóvenes, porque lo fuimos, buscamos alternativas que nos presentaran la realidad del país, una nación convulsa a pesar del lenguaje oficial, y en aquellos años ya participaban los “líderes” que ahora quiere destrozar esa libertad y esperanza que tanto anhelaban, a pesar de pregonar lo contrario.

Hoy el control se disfraza de "agencias digitales", de "transformaciones tecnológicas", pero en el fondo es lo mismo: silenciar voces incómodas y manipular lo que llega a la gente.

Ante la andanada de críticas que recibió la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, principalmente en las “benditas redes sociales”, bastión de la libertad de expresión, cuando le conviene al oficialismo y a Morena, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló, “Que se enriquezca la propuesta que hicimos y, que una vez que esté clara la orientación de esta ley, pues que se llame a un periodo extraordinario”.

Lo que significa “vamos a esperar un poco”.

Pero por otra parte, fiel a su protagonismo Gerardo Fernández Noroña presidente del Senado declaró, “Estaba programada (la aprobación) para el lunes; seguirá programada para el lunes (...) Ya veremos en la valoración con la compañera presidenta".

No sólo está en juego lo que podemos "postear", "subir" o "hacer viral"; está en riesgo el derecho mismo a expresar, crear, disentir.

La Ley Censura pretende vestir de modernidad lo que huele a moho: el viejo sueño del control absoluto que en el priismo fue doctrina, y que hoy regresa, parchado de colores, con las siglas de Morena.

No se trata solo de censurar medios o vigilar plataformas: es reinstaurar el miedo, el silencio, la obediencia fabricada.

Cuando el poder decide qué se escucha, qué se dice y qué se oculta, la libertad deja de ser un derecho y se convierte en una concesión revocable.

La historia ya nos mostró el precio de callar tarde. Esta vez, no podemos permitir que nos "editen en tiempo real" ni que el "algoritmo" sea dictado por quienes sólo entienden la verdad como instrumento de poder.


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Víctor Hugo Martínez
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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