El litoral mexicano mide 11,122 kilómetros, sin contar las islas. De éstos 7828 kilómetros pertenecen al Océano Pacífico y 3294 al Golfo de México y Mar Caribe, deberíamos de ser un pueblo marítimo. A pesar de ubicarse entre los 15 países que más capturan pescado y mariscos apenas cada mexicano consume al año un promedio de 12 kilos solo en determinados meses del año, necesario reflexionar sobre estas contradicciones, un país con pobre desarrollo de la marina mercante y de la flota pesquera y con un grave déficit alimenticio.
Apenas el 1o de junio de 1917 zarpó un barco mercante llamado Tabasco de Veracruz a Puerto Progreso Yucatán, cuya tripulación era 100% mexicana, razón por la cual en 1940 el Comodoro José María Liévana Ojeda y el Capitán de Altura Carlos Solano, plantearon al Alto Mando establecer un día en honor de la Marina Nacional, tal proyecto se logró hasta el 11 de abril de 1942, fijándose el 1o de junio el día para conmemorar el Día de la Marina Nacional. Más tarde todavía, se creó la instancia para investigar la historia de la marina en México al crearse el Archivo Histórico de la Armada, nombre que se modificó el 18 de mayo de 1984, a Unidad de Historia y Cultura Naval, la cual quedó adscrita a la Subsecretaría de Marina, sufriendo después modificaciones en nombre, estructura y funciones.
No obstante, la Armada tal como la conocemos hoy fue creada oficialmente el 4 de octubre de 1821, cuando se estableció el Ministerio de Guerra y Marina. Durante la independencia se registran acciones: en 1816, la escuadrilla de Louis Ory, compuesta por las goletas La Mexicana y Morelos, realizó acciones contra la Marina española; la goleta La Patriota, transportando armas a puertos insurgentes y enfrentándose a la goleta española La Numantina, capturándola y entregándola a Francisco Xavier Mina.
Durante la Reforma en México (1858-1861), la Armada mexicana tuvo una participación limitada respecto con la lucha en tierra. Se enfocó en tareas de patrullaje costero y la defensa de puertos. Se vio involucrada en la guerra en tierra, pero su actividad fue más simbólica que militar. Durante la Intervención sa en México fue el punto de inflexión en la historia naval mexicana, ya que la Armada tuvo un papel más activo en la resistencia contra los ses. He aquí nuestra limitada herencia histórica.